Mostrando entradas con la etiqueta relaciones entre cine y arquitectura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta relaciones entre cine y arquitectura. Mostrar todas las entradas

27 febrero 2025

ARQ-tículos. PRESS - PRINCEPS - PRITZKER

Cubierta del libro
He recibido el libro que tiene el curioso título de esta entrada del blog: ARQ-tículos. PRESS-PRINCEPS-PRITZKER, escrito por Rogelio Ruiz Fernández y publicado ya hace unos meses, en noviembre del año pasado, por el Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias. Lo primero es congratularse porque por fin después de la última crisis de la construcción --ha habido tantas que ya no recuerdo cuál de ellas-- los colegios de arquitectos o al menos el de Asturias, han recuperado su actividad editando libros.
Conozco a Rogelio desde la primera edición de FICARQ, celebrada en Avilés el año 2013, en la que además conocí a otras personas magníficas, como Jord den Hollander, Matin Garber y Ester Roldán, así como a muchas bastante deleznables.
Rogelio ya había escrito muchos textos, como se puede comprobar aquí, y desde aquel año me fue mandando una serie de correos electrónicos, que él denominaba «hojas parroquiales», con unos textos estupendos que iban comentando la actualidad en el mundo, centrándose en la arquitectura, el diseño y el arte, con unos enlaces muy útiles, le propuse varias veces que los publicase en un blog, pero siempre se resistió, ahora creo que con razón, porque algunos de esos correos, ampliados y actualizados, se publicaron en periódicos --incluso en algunos canarios--, revistas, libros y ahora forman parte de este volumen.
Aunque mi amistad con su autor, así como el interés y la calidad de los artículos, son indiscutibles, posiblemente no lo hubiera comentado en este blog si no fuera porque en su sección «Arte» incluye tres artículos sobre las relaciones entre cine y arquitectura: «John Lautner, un arquitecto de cine», «Arquitectura, Cine y Ósmosis» y «Retorno a El manantial», y aunque en general tratan sobre temas recurrentes en los estudios entre cine, ciudad y arquitectura, vale la pena leerlos, porque son aproximaciones nuevas y, sobre todo, muy originales. 
Hay que tener en cuenta que el autor suele emplear un punto de vista muy personal, narrando sus experiencias con reconocidos arquitectos y sus viajes visitando edificaciones notables, publicando además sus propios bocetos y fotografías, incluso apareciendo en alguna de ellas, como si se quisiera dejar constancia indudable de la veracidad de lo escrito; algo que no extrañará a quién conozca las excepcionales dotes comunicativas de su autor, porque con este tono autobiográfico logra darle un valor añadido a lo que cuenta, aportando nuevas sensaciones, que lo complementan y mejoran. 
En definitiva, ARQ-tículos. PRESS - PRINCEPS - PRITZKER, es un libro muy recomendable y espero que tenga toda la difusión que se merece.

15 septiembre 2024

Confort y espacio doméstico en la España moderna

Cubierta del libro con el cuadro Lavabo y
espejo
, pintado por Antonio López en 1967
Acabo de recibir una separata con mi artículo «A Brief History of Domestic Space iin Early Spanish Cinema, 1896 - 1939», el capítulo siete del libro Comfort and Domestic Space in Modern Spain, publicado por la Universidad de Toronto, en agosto de este año, coordinado por Susan Larson.
Ya he mencionado a la doctora Larson en este blog, porque también coordinó otro libro, Architecture and the Urban in Spanish Film, publicado el 2022 en Chicago, en el que aparece otro artículo mío, «Establishing Shots as Urban Blueprints in Spanish Feature Films».
Entonces escribí que ese libro «no se hubiera editado sin el esfuerzo de la doctora Susan Larson, que lo ideó y se ocupó de coordinarlo minuciosamente», lo que también es completamente cierto aplicado al libro que acaba de publicarse.
Comfort and Domestic Space in Modern Spain reúne dieciséis artículos y creo que es interesante reproducir su índice, porque así se pueden comprobar las intenciones y el alcance de un volumen tan ambicioso e innovador:


SECCIÓN I. KEY QUESTIONS AND POSSIBLE APPROACHES 
1. Comfort and Domestic Space in Modern Spain: What Does It Mean to Be at Home? 
Susan Larson 
2. “By Which Ritual Was the House of Our Life Erected”? Carlos Sambricio

SECCIÓN II. THE REAL AND IMAGINED SPACES OF THE LIVING ROOM, KITCHEN, BATH AMD BATHROOM 
3. The Living Room and the Public Rise of the Private Human Condition. Davide Borrelli 
4. The Multimedia Meanings of the Modern Kitchen. Anna Giannetti 
5. From Social Cult to Personal Well-Being: The Real and the Cinematic Bathroom at the Centre of the Domestic Project. Francesca Castanò 
6. Inside the Bedroom: Between Constraint and Emancipation in Twentieth-Century Cinema and Architecture. Christine Fontaine

SECCIÓN III. COMFORT AND DOMESTIC SPACE IN SPANISH POPULAR CULTURE, 1896–1960 
7. A Brief History of Domestic Space in Early Spanish Cinema, 1896–1939. Jorge Gorostiza 
8. The Modernization and Mechanization of the Kitchen as a Female Space in Spanish Cinema, 1940–1960. Alba Zarza-Arribas 
9. From Functional Hygiene to Unattainable Sensuality: The Bathroom in Spanish Cinema and the Press during the Franco Regime, 1939–1960. Josefina González Cubero 
10. Together, Alone, and in the Same Place: The Cinematic Living Room in 1950s Spain. Adam L. Winkel 
11. Exposed Intimacies and Domestic Spaces: Bedrooms in Spanish Cinema, 1939–1960. Ana Fernández-Cebrián 

SECCIÓN IV. COMFORT AND DOMESTIC SPACE IN SPANISH POPULAR CULTURE SINCE 1960 
12. What’s Cooking in Almodóvar’s Kitchens? Juan Deltell Pastor 
13. Sensorial, Private, and Porous: The Bathroom as a Space of Regeneration in Post-Franco Cinema. Marta Peris 
14. Comfort with(out) Comfort: New Couches and Conflicting Values in the Late Franco Comedy. Jorge Pérez 
15. Bedroom Fantasies: Filming Intimacy in 1960s Spain. Juan F. Egea
 
EPÍLOGO
16. “Qué casa tan… acogedora”: Gendering Comfort and Domestic Space in Pedro Almodóvar’s ¿Qué he hecho yo para merecer esto! Sally Faulkner 

Como otras veces en este blog, por si pudiera interesarle a alguien, copio el principio de mi artículo:

In film characters are surrounded by spaces, furniture, and other objects that work together as fundamental elements driving the plot forward. They provide precise information about the characters’ personal traits as well as the social environments in which they are embedded. The choice and use of the environments, furnishings, and props in Spanish films during the first decades of the twentieth century are windows to the ideas that were in place about architecture, interior space, and the emerging concept of comfort.1

Si desean seguir leyendo el texto y los otros artículos de Comfort and Domestic Space in Modern Spain les recomiendo que acudan a una librería a comprarlo, por ejemplo. las madrileñas 8 1/2 y Naos y si no, que lo adquieran a través de las redes en este enlace.

13 abril 2023

El afán moderno

Cubierta del catálogo
Ayer recibí el libro El afán moderno: Muebles e interiores en la España de los años treinta, editado por el Ministerio de Cultura y Deporte el año pasado, que es el catálogo de la exposición celebrada en el madrileño Museo Nacional de Artes Decorativas, entre el 28 de abril y el 23 de octubre de 2022, cuyos comisarios fueron Pedro Feduchi Canosa y Pedro Reula Baquero.
El catálogo vale la pena por la cantidad de estupendas y muy bien elegidas ilustraciones que aparecen en sus páginas, pero también hay un texto muy interesante, escrito por los comisarios antes mencionados, quienes además me encargaron un artículo sobre las decoraciones de las películas españolas de la década de los treinta, que titulé: «Ambientes y muebles innovadores en el cine español de los años treinta» --con el que debo confesar que disfruté mucho-- y que se ha publicado al final del catálogo.
Como en otras ocasiones, reproduzco los primeros párrafos de mi artículo, por si pudieran interesarles a alguien:

Cualquier personaje de una película está rodeado por espacios y mobiliario que interpretan un papel fundamental en la narración, porque están dando datos sobre sus rasgos personales y sociales. La elección de estos ambientes y muebles sirve para conocer cómo se los considera en el mundo real, adquiriendo además un nuevo significado al haber sido elegidos intencionadamente para darle profundidad a un relato. 
Cuando se menciona al cine filmado en nuestro país en la década de los treinta, hay que tener en cuenta que según el Catálogo del cine español: Films de Ficción 1931 – 1940 se rodaron doscientas sesenta películas, pero la mayor parte de ellas «ya no existen» (Juan B. Heinink y Alfonso C. Vallejo, 2009), por lo que hoy en día es complicado conocer cómo era exactamente el cine en aquellos años, contando solo con las copias conservadas, así como con fotografías y textos sobre las desaparecidas.
La mayoría del mobiliario y los decorados que se usaron en España desde las primeras filmaciones, hasta finales de los años veinte, pertenecían a empresas dedicadas al atrezo y la escenografía teatrales y sus muebles eran bastante anodinos; los escenógrafos cinematográficos de este periodo también venían del teatro y los nuevos se fueron formado en el cine comenzando a trabajar como aprendices.
A principios de la década de los años treinta, comienzan a verse en el cine español ambientes y muebles más avanzados que en las décadas anteriores. En el verano de 1932, invitaron al salón de baile madrileño Ideal Rosales a varios periodistas, entre ellos a uno que escribió sobre la instalación de «unos soberbios decorados, a todo lujo y sin regatear gastos», después se trasladaron a los sótanos del cine Palacio de la Prensa, donde había «más interiores suntuosos y modernísimos, mucho mejores que los de algunas superproducciones extranjeras» (Antonio de Salazar, 1932), estos decorados los había creado el escenógrafo y después director cinematográfico Fernando Mignoni, para Yo quiero que me lleven a Hollywood, dirigida por Edgar Neville, que ha desaparecido, pero de la que se conservan algunas fotografías, entre ellas una de un bar con una barra brillante, espejos y pinturas geométricas en las paredes, y tres taburetes metálicos cromados, posiblemente los primeros muebles de este tipo que se usaron en el cine español. Quizás ese mobiliario fuera el mismo que otro periodista vio el año siguiente en las oficinas de Filmófono situadas «en los sótanos pintorescos del Palacio de la Prensa» en «una salita de espera de muebles rolaco» (Santiago Aguilar, 1933), desde entonces se han vuelto a emplear muebles que pertenecían a particulares y otras empresas cinematográficas tuvieron mobiliario moderno en sus sedes.

Como siempre, si quieren seguir leyéndolo, tendrán que conseguir el muy recomendable libro El afán moderno.

29 marzo 2023

Le Corbusier. Cine

Es lógico que se hayan hecho muchos estudios sobre las relaciones entre Le Corbusier y el  cine, teniendo en cuenta que es uno de los arquitectos --junto con Wright-- más famoso y posiblemente de los mejores del siglo veinte, entre ellos artículos generalestesis doctorales, se ha visto su relación con Eisenstein y con Pierre Chenal... Ahora no pretendo escribir algo original sobre el arquitecto suizo y la imagen en movimiento, pero encontré su artículo «Esprit de vérité!», publicado en la revista Mouvement en 1933, lo he traducido --pido excusas a los traductores de verdad--, respetando las cursivas e 
intentado mantener su sintaxis, en la que se mezclan la ingenuidad con el panfleto, y como creo que es interesante, lo copio aquí:

¡Espíritu de Verdad!

Aquí, también, aquí esencialmente. En el cine: espíritu de verdad.
Lo he reclamado, insistentemente, para la arquitectura; y, en la época de la preparación de la Exposición Internacional de Artes Decorativas, en 1924, quise decir que el arte decorativo no tenía derechos, era un globo hinchado doloroso y engorroso.
El esplendor de la vida y su drama están en la verdad; y el cine, en el 90% de su producción, es mentira. Simplemente explota una prestigiosa ventaja técnica: la eliminación de las transiciones, la supresión posible y sencilla de «puntos muertos». Así, nos tranquiliza con imágenes, a veces atrayentes. Y pacientemente esperamos.
Esperamos la verdad.
Es cierto que todo, -y aquí también- es arquitectura, es decir ordenación, establecimiento de relaciones y, por la elección de las relaciones: intensidad. Pero solo existe la posibilidad de relaciones intensas si los objetos considerados son precisos, exactos, agudos (Un banco de niebla puede ser considerado como un evento preciso).
Por eso, es necesario concebir y luego hay que ver. Hay que tener la noción de la visión. O, buscar a los hombres que ven, es probar la experiencia de Diógenes.
El teatro y la gente de teatro, que cuentan las historias, han llevado al cine a la perdición. Esta gente llena de énfasis y frases se han interpuesto entre nosotros y el verdadero mirón: el objetivo.
Como hemos caído tan bajo, sería útil confiar de nuevo, por un tiempo, en la técnica en sí misma, para volver a lo esencial. A los elementos. Y conducir así a una reanudación consciente de las posibilidades del cine. Y, así, poder descubrir la vida, en lo que tiene de verdad, en lo que contiene tan prodigiosamente intenso, variado, múltiple.
La base es el aparato de la física, el objetivo de la cámara, un ojo.
Un ojo que es impasible, insensible, implacable, despiadado, sin emotividad. Este ojo ve de manera diferente a la nuestra, y aquí está porqué:
Es probable que el aparato registrador de nuestra visión humana sea el más admirable y perfecto dispositivo óptico. Pero lo que ve es percibido solo por nuestro entendimiento, que es la clave innumerable para medir la totalidad de las sensaciones humanas. Estamos limitados en el registro de nuestra visión por la presencia simultánea de otras percepciones que intervienen en el mismo momento, abarrotando nuestra clave, invadiéndola, sumergiéndola. Si todo es, para nosotros, sinfónico, sintético, sincrónico, todo también es solo la medida media, escala humana: una especie de zona central, que es nuestro entendimiento. Y sabemos lo limitado que es. Y qué esfuerzos deben hacer quienes llamamos los científicos o los genios para ampliar a la izquierda o a la derecha algún camino más lejano.
Pero si, por una afortunada coyuntura, se ha hecho algún descubrimiento, hemos podido apreciar la luz que proyecta más allá de las cosas conseguidas. La Ciencia y su hija todavía joven, la Máquina, han extendido algunos de nuestros medios de percepción y han tendido los puentes más allá de las zonas infranqueables para nuestros sentidos y nuestros recursos.
Así, las diversas máquinas de calcular, creadas en los últimos tiempos, nos han permitido emprender una serie de cálculos hasta ahora inaccesibles, y han proyectado repentinamente muy lejos ciertas investigaciones. Sin la máquina, esos cálculos eran quiméricos. El científico que anteriormente intentó tal aventura se sometió a semanas de desgaste para obtener uno de los términos de una ecuación aún indecisa. Tanta era la fatiga que la imaginación, el impulso espiritual, que había iniciado la empresa, se disipaba, se agotada, desaparecía; el razonamiento fue aniquilado en su marcha viva por los días, las semanas y los meses engullidos en cálculos extenuantes.
Una creación mecánica: la máquina impasible y sin fatiga... y es la liberación de pensamiento. En pocos días el científico completa la curva de su hipótesis; concluye, enuncia, formula. Ha nacido una ley. E infinitas consecuencias pueden resultar de ella en la vida de los hombres.
El objetivo de la cámara es uno de esos interruptores de fatiga.
Mientras experimentes el efecto de las contingencias, mientras tengas calor o frío, mientras estés fatigado o distraído, mientras tu propia conciencia esté cargada de acontecimientos interiores, mientras el tumulto o el silencio te abrumen, etc., etc., una lente de cristal y una película sensible funcionan brillantemente.
Un ojo de dios, de un demiurgo, mientras que tú no eres más que un pobre buen hombre asaltado por la vida.
El documental, sobre todo el científico (Painlevé, o las películas milagrosas sobre el crecimiento de semillas y de plantas), ha desvelado misterios del Universo que antes estaban fuera de nuestra percepción.
Pero me gustaría, aquí, que el objetivo nos revelara la intensidad de la conciencia humana a través de fenómenos visuales que son de naturaleza tan sutil y tan rápida que no estamos organizados para descubrirlos y registrarlos; no podemos observarlos, sentimos simplemente su resplandor.
Hasta ahora, en su conjunto, el cine se ha extraviado de darnos la conciencia humana, la imagen transpuesta a las formas artificiales de la mímica, método que pertenece al teatro. En el escenario, lo imperceptible es, por supuesto, inutilizable: una transposición es indispensable.
Sin embargo, cuando el gozo de una felicidad está dentro de nosotros, en nuestro interior; cuando la inquietud nos oprime; cuando la angustia ocupa todos los planos de nuestra sensibilidad, parecemos en la calle, como en casa, contener tantos acontecimientos diversos, en un molde, un jarrón --rostros, gestos y actitudes-- casi indiferentes. Sin embargo, el amigo que encontramos nos dice: «¿Tienes esto? ¿Tienes aquello?». Lo ha sabido por signos perceptibles: el matiz, el infinito matiz del juego de la vida, en nosotros. Este encuentro inesperado del amigo representa precisamente esta distancia que establece una relación.
Digo entonces que el objetivo sin nervios ni alma, es un mirón prodigioso, un descubridor, un revelador, un editor.
Y por él, podemos entrar en la verdad de la conciencia humana. El drama humano se nos abre.
Esto es lo que nos interesa.
Por un lado, el espectáculo del mundo (y el avión, el microscopio, la cámara lenta, la luz eléctrica, etc., aportan al cine sus inmensos recursos), el espectáculo del mundo puede sernos dado.
Por otro lado, la verdad de nuestras conciencias puede ser mostrada, más que eso, puede ser revelada a nosotros mismos.
Naturaleza y conciencia humana son los dos términos de la ecuación que nos interesa. No se necesita nada más, todo está ahí.
¡Que construyamos  sobre estas realidades, sobre estas verdades: composición, equilibrio, ritmo! ¡Qué el lirismo se apodere de él para llevar esta investigación al terreno de la obra creativa!
Creo haber demostrado que el cine se sitúa desde entonces sobre su propio terreno. Que se ha convertido en una forma de arte en sí misma, un género, como la pintura, la escultura, el libro, la música, el teatro, son los géneros...Y que todo esté abierto a su investigación.
Ya no es decente soñar en grandes puestas en escena en estudios, en parafernalia ruinosa, en superpelículas y en superproducciones.
El gran arte emplea medios pobres.
El gran arte es, en verdad, sólo relaciones.
El cine apela «a los ojos que ven». A los hombres sensibles a las verdades. Diógenes puede encender su linterna: es inútil que se embarque para Los Ángeles.

Scott MacKenzie recoge «Esprit de vérité!» en su libro Film Manifestos and Global Cinema Cultures: A Critical Anthology y escribe que el arquitecto «considera la forma en que la mecanización, y en particular la mecanización provocada por el objetivo de la cámara, cambia la relación del espectador con lo real, revelando en el proceso una realidad científica nunca antes vista. Al igual que los constructivistas, Le Corbusier ve la mecanización como el principio definitorio del siglo XX».
Esto es cierto, pero lo primero que llama la atención es que el texto demuestra un desconocimiento casi total de lo que era el cine en 1933 --como también le sucedía a otros intelectuales y artistas--, de las avanzadas películas que ya se habían filmado, de hecho, parece que está proponiendo mejoras en el cine que se había rodado en los inicios del siglo XX, incluso en su intento de diferenciarse del teatro, algo propio de aquellos años..
También es curioso que no escriba sobre relaciones entre cine y arquitectura --como hacía Mallet-Stevens-- sino que utiliza la imagen en movimiento como un medio al que extrapola sus ideas arquitectónicas, abogando por la sencillez e incluso por la verdad o las verdades: «composición, equilibrio, ritmo», pero --eso sí-- con «lirismo» para que sea una «obra creativa».
En fin, ahí queda un texto más interesante por quién es su autor, que por su propio contenido, por si a alguien le pueda interesar estudiarlo con más profundidad.

17 marzo 2023

La ciudad de Barbie

En las dos entradas anteriores se ha visto la "arquitectura" de la muñeca Barbie, junto con su entorno familiar y afectivo, en ésta se mencionará su relación con aspectos urbanos.
Las aventuras del personaje se han narrado en muchas colecciones de cómics desde 1962, en que empezaron a publicarse con el nombre Barbie and Ken, hasta la actualidad. También ha protagonizado películas de animación, dos especiales para televisión en 1987, y a partir de principios de este siglo, primero dieciséis títulos, entre 2002 y 2009, en los que se adaptaban narraciones populares, pero interpretados por la muñeca; a partir de ese año y hasta 2015 aparecieron catorce películas más, pero con historias desarrolladas en el siglo veintiuno; posteriormente, entre 2015 y 2017 se estrenaron cinco cintas destinadas al vídeo doméstico y también ambientadas en aquellos años, y por último, desde 2017 hasta la actualidad se han emitido otras siete películas, en total cuarenta y cuatro títulos; además se han de mencionar las cinco temporadas de la serie Barbie Dreamhose Adventures con un total de cincuenta y dos episodios. 
Por supuesto que es imposible ver todos los cómics, películas y episodios de la serie, pero revisados muchos de ellos, se puede comprobar que la mayoría de los edificios que aparecen  son como los reales y lo mismo sucede con las ciudades, no teniendo relación con las casas de juguete que se han mostrado en las entradas anteriores. Hay que tener en cuenta que las dreamhouses que se venden para jugar con las muñecas, simulan ser reales y de hecho para las niñas lo son, tanto como las figuras reducidas de los seres humanos que pueblan el universo Barbie.
Esta representación de las edificaciones y las ciudades parece haberse modificado. Desde hace tiempo se lleva anunciando que se filmará una película sobre la muñeca con personajes reales, parece ser que ya está rodada y se encuentra en preproducción, estrenándose en julio de este 2023, dirigida por Greta Gerwig, y protagonizada por Margot Robbie y Ryan Goslin.
Captura del trailer de Barbie
Por ahora lo único que se conoce es un trailer --por cierto, muy ingenioso, parodiando a 2001 una odisea del espacio--, y en una de sus imágenes se ve a Barbie sobre la cubierta de una casa mirando hacia una ciudad rosa, que está compuesta por edificaciones abiertas, sin fachadas, como las de las casas de juguete y también como las de Second Life. Esta representación de la arquitectura y la ciudad es más interesante que la de las anteriores películas, porque copia directamente a las ficciones con las que se juega en el mundo real. 
Además de mostrar un conjunto de casas un tanto desordenado, en el horizonte se ven una serie de edificaciones célebres: la torre de control y un restaurante del aeropuerto de Los Ángeles; letreros de Las Vegas; un faro; la cafetería de Randy's con su donut gigante en el techo --también en Los Ángeles--; el hotel Burj Al Arab en Dubai; el Capitolio de Washington; la Estatua de la Libertad y para rematarlo todo, una noria tan grande, que es más alta que el último monumento mencionado. Esta representación de nuestro mundo a través de unos determinados monumentos --la mayoría estadounidenses--, implica una visión centrada en la arquitectura del ocio y de unos años determinados, que en vez de reproducir los mundos que se crearon para la muñeca en su momento, aporta datos de las intenciones de sus creadores y de las tendencias actuales de lo que puede ser una terrible dreamcity.

23 febrero 2023

Nuevas miradas sobre la arquitectura en el cine


En la entrada anterior escribí sobre el extraordinario cortometraje Arquitectura emocional 1959, dirigido por Elías León Siminiani el año pasado y que en la última edición de los premios Goya, recibió el premio al mejor cortometraje de ficción. 
En ésta comentaré un acto titulado «Zuazo como protagonista: Nuevas miradas sobre la arquitectura en el cine», celebrado en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, el 23 de enero pasado y organizado por los comisarios David García-Asenjo Llana y José María Echarte Ramos
Este acto consistió en una presentación a cargo del decano del colegio, Sigfrido Herráez, seguida de unas pocas palabras del director de la película y  la intervención de Jonás Trueba, tras la proyección, Javier García-Gutiérrez Mosteiro y Miguel Lasso de la Vega conversaron sobre Secundino Zuazo, finalizando con una mesa redonda con todos los participantes, excepto el decano.
El desarrollo de esta actividad --sin la película-- lo pueden ver completo pinchando aquí, pero se deben comentar algunos de sus aspectos más interesantes. Empezando por el principio, el decano dijo que entre arquitectura y cine hay una «relación obvia y evidente, nosotros [los arquitectos] os damos los escenarios, los espacios en los que desarrolláis vuestro trabajo artístico haciendo cine y nosotros a través del cine obtenemos una rentabilidad grande: "¡Ha salido una obra mía en una película!". Por lo tanto, hay como un intercambio de intereses más allá del contacto cultural», ante todo se debería saber qué opinan los escenógrafos cinematográficos sobre que sean los arquitectos quienes os damos los escenarios a los cineastas, una vez más se demuestra que la profesión del director artístico es dura y olvidada, teniendo en cuanta este desprecio a unos profesionales admirables; además el decano sobrestima el poder del cine actual como medio propagandístico, como divulgador de las edificaciones y para lograr esa rentabilidad grande, demostrando que hay quien lo mide todo solo con términos económicos, dándoles más importancia que a los culturales.
Mucho más interesante fue la intervención corta de León Siminiani, en la que dijo: «Nuestra productora se llama El gesto cinematográfico, que es un guiño al concepto de gesto arquitectónico. Una de las líneas que queremos continuar es explorar lo que el espacio, la historia de los edificios, el urbanismo e incluso los propios interiores, pueden dar a las historias. Creo que es un terreno en el que hay mucho que explorar y que trasladar a los ciudadanos». Una buena noticia, por lo que habrá que seguir atentos a lo que haga esta productora.
La intervención de Jonás Trueba fue más larga y compleja, dijo que «es una película donde la forma está por delante del contenido [...] en el cine está primero el qué sobre el cómo y en esta película [...] el cómo está delante del contenido [....] muchas veces las películas se cuentan a través de personajes que creamos y en realidad son los que mandan y los que finalmente nos acaban enseñando los espacios [...] a través del movimiento de los personajes, que es lo más habitual en el cine, y no lo es [...]  que esté el espacio antes». Después mencionó que un arquitecto le dijo que el corto hablaba sobre «cuáles son los puntos de contacto en una ciudad y muy en particular de la arquitectura de los límites»; también habló sobre Woody Allen y una secuencia de Hannah y sus hermanas, en la que un personaje que figura ser arquitecto, le enseña a unas amigas sus edificios favoritos de Nueva York, cómo Nanni Moretti hace o mismo en Caro Diario sobre su Vespa, y otro recorrido en moto de La reconquista, por último, me alegró mucho que mencionase a alguien que merece ser admirado, a Juan Sebastián Bollaín y su tetralogía de Sevilla.
El diálogo entre Javier García-Gutiérrez Mosteiro y Miguel Lasso de la Vega es estupendo, en muy poco tiempo aclaran muchos aspectos de la obra de Zuazo, sobre todo, en Madrid, y vale la pena escucharlos, pero como es lógico, no mencionan mucho sobre las relaciones entre cine y arquitectura, por lo que no reproduzco aquí sus palabras.
La mesa redonda también es muy interesante, entre todo lo que se dice se destaca una intervención de Trueba sobre «el cine como arquitectura [...] las películas como casas», cuenta que un arquitecto le dijo «"en realidad cuando hacéis una película tenéis que construir un espacio" y es verdad que normalmente tendemos a pensar el cine como un artefacto narrativo y no como un artefacto espacial, incluso vivencial y a mí me gusta pensar el cine como un espacio que creamos, que construimos y que dotamos de vida y es un espacio al que el espectador tiene que ir, que instalarse y estar», no es la primera vez que Trueba menciona estos aspectos, como puede comprobarse en esta entrada.
Por último, León Siminiani indica que en su cortometraje «la escala humana tiene que ser más amplia de lo que es en una película en la que sus límites son sus actores» por eso sus personajes «son muñecos dentro de un cuadro muy grande, como figuras en una maqueta».
Animo a los lectores interesados en las relaciones entre cine arquitectura y ciudad, a que vean la grabación de este acto, por el que se debe felicitar al COAM, porque en este tipo de actividades siempre se aprenden aspectos nuevos gracias a personas con miradas innovadoras.

20 febrero 2023

Arquitectura emocional 1959

Póster de la película con los recorridos marcados
sobre
 el plano de Hermann Jansen
El primer título de crédito de Arquitectura emocional 1959, dirigida por Elías León Siminiani el año pasado, aparece superpuesto a un plano amarillento, en el que están dibujados los detalles constructivos de una fachada, en el siguiente plano y sobre otros detalles, se puede leer «Otoño»; desde el principio aparece la representación de las edificaciones y en este caso la inicial, la realizada incluso antes que existan y que sirve para construirlas. 
Esta relación con la arquitectura ya es evidente en el propio título, formado por dos palabras y una cifra, tras esos dos primeros planos --en este caso tanto cinematográficos como arquitectónicos--, a continuación se vuelve a incidir en las edificaciones y el año, mostrando un fragmento titulado «Nueva arquitectura», de un triunfalista documental del NODO sobre la Ciudad Universitaria madrileña. 
Parece que ya se le han dado al espectador todas los elementos, la época, la ciudad, unas edificaciones educativas mostradas de un modo propagandístico y hasta la estación del año, pero aún falta saber dónde está la emoción; entonces aparece un banco de piedra aislado en medio de un terreno con hierba y se oye por primera vez una voz en "over", --metafiiccional, presente en toda la película y que incluso da órdenes a los protagonistas--, que dice: «Andrea y Sebastián se conocen en ese banco en otoño de 1958»: Lo emocional.
A partir de ese momento, se seguirá a esos estudiantes universitarios en un periodo de tiempo concreto, que va desde ese otoño hasta finales del verano del año siguiente, justo la duración de un curso académico, y en un ámbito urbano determinado por cuatro recorridos de sus protagonistas, que finalizan en la vivienda de Andrea partiendo de varios lugares: la Ciudad Universitaria, el Cine Paz, un bar y la casa de Sebas. 
Trayectos dibujados en el cartel de la película, cuya base es el plano titulado Wettbewerbsplan, firmado por el urbanista Hermann Jansen en 1930 y que es parte del Plan de Madrid con una propuesta para la ordenación de su extrarradio. En la leyenda de ese cartel se añade a cada paseo –que está representado con una arquitectónica línea de punto y guion, como en la película-- un adjetivo: “tensos”, “derrotado” y “anhelante”, dándole un nombre a la dimensión emocional que tiene cada uno en la narración.
En Arquitectura emocional 1959 tienen importancia hasta los elementos urbanos más desapercibidos, como los bancos, antes se mencionó el de Andrea en la Ciudad Universitaria, pétreo, robusto y anticuado; Sebas quiere elegir el “suyo” en el Parque del Retiro y se ven seis modelos, algunos parecidos al de la protagonista, hasta que se decide por uno con patas metálicas, con el asiento y el respaldo de madera, más moderno, pero con un diseño tan poco notable como el de Andrea, pero posiblemente elegido para la película por su situación cerca de dos farolas, mostradas en un plano nocturno junto con el banco, logrando una composición notable de los tres elementos.
Otros lugares importantes son el Cine Paz, mostrado en uno de los pocos planos en que la cámara no está a nivel del ojo humano y desde el otro lado de la calle, como si se tratara del punto de vista de alguien superior y, sobre todo, dos establecimientos de bebidas, primero el Bar Martín en la esquina de las calles Luisa Fernanda y Tutor  –en la película solo se dice que está en Argüelles--, y el Café El Greco que la voz en "over" indica que está en «Blasco de Garay con Rodríguez San Pedro» y se marca en un plano de Madrid, esta exactitud en las localizaciones es otro modo de darle realismo a la ficción, situando espacialmente a los personajes y relacionándolos con el espacio urbano.
Además es interesante que ambos locales sean lugares donde se recibe información, en el primero hay un televisor en el que se está emitiendo la primera retransmisión en directo de Televisión Española, con la llegada de los restos de José Antonio Primo de Rivera a su tumba, y en el segundo Sebas lee en el diario Pueblo que el Che Guevara ha pasado por Madrid y recorta la noticia para dárselo a Andrea. También hay una diferencia entre ambos locales, en el primero los protagonistas están entre un grupo de estudiantes discutiendo de política –evidentemente de un modo moderado, si no querían tener problemas en aquella época--, en el segundo no llega a verse a algún cliente, por lo que parece que Sebas está completamente solo.
Es evidente que desde el punto arquitectónico, lo más llamativo de la película son los edificios donde viven los protagonistas. Sebas en la colonia de viviendas obreras San Cristóbal, para trabajadores del transporte municipal –su padre es conductor de autobús--, de ahí que su nombre sea el del patrón de los chóferes, con bloques de viviendas de cinco plantas, rodeando espacios comunes y verdes; un grupo de edificaciones que está ahora sumido en la sombra creada por cuatro rascacielos, que también se pueden ver en la película.
Andrea vive en un edificio entre medianeras plurifamiliar con siete plantas, en la calle Antonio Maura, n.º 16, «a un tiro de piedra del Parque del Retiro», según dice la voz en "over", en una zona cara de la ciudad y donde su padre tiene la Notaría, que es descrito desde fuera, mostrando su fachada y además comparado con las emociones de la protagonista, porque hay un pulso dentro de ella «como el de este edificio donde vive y su contiguo» se enseña la unión de los dos edificaciones residenciales, tan correctas como anodinas --lo que a veces se agradece-- y se oye: «es el ornamento clásico versus las líneas desnudas de la modernidad», la contraposición de estilos sirve como metáfora de las diferencias entre los protagonistas.
En invierno, Andrea invita a Sebas a que entre en su edificio, pero la voz en "over" dice: «como no son conscientes del peso de la arquitectura en lo que viene a continuación, lo contaremos en el espacio sin ellos, para comprobarlo», efectivamente «no suben en el ascensor noble al tercer piso donde vive Andrea», sino «en un montacargas carente de nobleza, al último piso de una escalera interior para el servicio», allí se narra cómo Andrea se desnuda delante de él, luego vuelve a vestirse y se van, alternando planos de su ropa cayendo al suelo, con otros frontales del paramento vertical que está detrás de ella, con azulejos de tres colores amarillentos, porque se han ido sustituyendo según han ido cayéndose, en el que han quitado un extintor --aunque aún puede verse su soporte metálico triangular al que le falta un tornillo--, para dejarla sin elementos superpuestos, desnuda como la protagonista. Una secuencia sin personajes y sin sus palabras, porque como se oye: «no ha hecho falta. La arquitectura y la noche se han hecho cargo de todo». 
Esta forma de mostrar los espacios sin la figura humana parece que serviría para acentuar la arquitectura aunque no siempre se consigue, como puede comprobarse en el artículo Espacios de la ausencia.
La secuencia antes citada demuestra una contradicción, ella a pesar de venir de una clase más tradicional y adinerada, es más avanzada en sus actitudes e incluso políticamente que Sebas. Además se desarrolla en un espacio de servicio que se convierte en uno de intimidad para la pareja, como lo fueron entonces y durante muchos años, los cines y los bancos en los parques por la noche.
Los edificios de las viviendas donde viven los protagonistas se muestran también con los planos de sus fachadas que llegan a compararse con el procedimiento del “split screen”, a la pantalla partida; también se dibuja la fachada del bar de Argüelles cuyos huecos se abren para dejar ver a los protagonistas con sus amigos. La edificación de Sebas además es definida perfectamente gracias a enseñar sus planos de planta, indicando cual es el piso en el que vive y hasta su superficie, 50,80 m², pequeño para él, sus padres y sus dos hermanos.
La cámara solo se sitúa dentro de esas viviendas las noches de verano, cuando los protagonistas están estudiando, diferenciándose por los muebles, recargados los de Andrea y más sencillos los de Sebas, como parece que debería corresponde a sus diferentes posiciones sociales, pero lo que se muestra no son las habitaciones, sino los exteriores enmarcados a través de sus ventanas abiertas, que también son diferentes y opuestos, los edificios de enfrente al otro lado de la calle Antonio Maura y una cochera de autobuses, con el territorio al fondo y sobre todo un cielo estrellado, «como un lienzo negro sobre el que dibujar el futuro», como le dice él a ella.
El edificio donde está la vivienda de Andrea fue construido en 1922 y el de Sebas veintiséis años después, ambos según los proyectos realizados por el arquitecto y urbanista Secundino Zuazo --que colaboró con el antes citado Jansen en el Plan de Madrid--, un profesional que, a pesar de ser mencionado y tener importancia en el argumento, solo es mostrado en un sello de correos, un objeto pequeño, casi desaparecido y uno de los síntomas de la fama más efímera y banal, aunque afortunadamente Zuazo no ha sido olvidado e incluso varias de sus obras más notables siguen en pie.
Arquitectura emocional, 1959 está narrada empleando planos generales, solo hay un plano de detalle y dos medios, el primero de los dos protagonistas, exigido por «la hija del notario» --que se repite más adelante-- y el segundo de Sebas «exigiendo su plano corto» delante de un espejo; ambos, según la voz en "over", no los ha planteado el director, sino que los han exigido los personajes, en el plano de detalle se ve la barba postiza tirada en el suelo, porque el protagonista no puede convertirse en revolucionario, ni cubano, ni de café madrileño, como el amigo de Andrea. Parece lógico que si la arquitectura es fundamental en este cortometraje, se muestre en planos que abarquen la mayor cantidad de espacio posible, pero siempre se ha de recordar que los detalles arquitectónicos, esos representados en planos como los iniciales de esta película, son fundamentales.
Al final Sebas le escribe una carta a Andrea y hace el recorrido más largo --siete kilómetros y medio-- a pie desde su casa hasta la de ella, para dársela; en su escrito pretende reconciliarse y finaliza: «te espero en tu banco en septiembre», volviendo a darle importancia a ese elemento urbano. Aunque no se sabe qué sucederá, la voz en "over" dice: «sería razonable pensar que la arquitectura tal vez haya tenido que ver y que este retrato de amor se cierre como un círculo».
Los títulos de crédito finales aparecen sobre otros planos arquitectónicos, pero esta vez no de detalle, sino representado plantas de edificios, la escala ha aumentado, desde lo pequeño y particular hasta lo general, como se ha ido abriendo y evolucionando la relación emocional que se ha desarrollado en la pantalla.

Los socios de Movistar+ pueden ver esta película aquí.

04 agosto 2021

Expectations

Cubierta del libro

Ayer me llegó el libro que ha editado la Escuela de Arquitectura de la Universidad Internacional de Catalunya (UIC), tras haber realizado su ciclo de conferencias Foros, que lleva ya cerca de veinte años celebrándose y que en esta ocasión llevaba el título Expectations
La relación del libro con las conferencias es que en él participan quienes las impartieron, pero no recoge sus disertaciones, sino algo bastante más interesante, unas entrevistas con ellos, realizadas por los directores de las tres últimas ediciones de Foros, los arquitectos Guillem Carabí-Bescós y Fredy Masad, así como el miembro del Departamento de Comunicación de la UIC Marcos Doespiritusanto Gallego.
Los profesionales entrevistados somos la arquitecta chilena Cazú Zegers, el economista español Santiago Niño Becerra, el historiador de la arquitectura holandés Hans Ibelings, la historiadora del arte portuguesa Dalila Rodrigues, el matemático español Jorge Riechmann, el historiador estadounidense Justin Stearns y yo.
Todas las entrevistas que he podido leer hasta ahora me han parecido muy interesantes y quizás la más sorprendente la de Niño Becerra; por mi propia experiencia, puedo decir que el cuestionario que me pasaron con las preguntas era muy complicado, porque son las que hacen plantearte nuevas ideas, recuerdo que tardé bastante en responderlas y no sé si habré estado a la altura de las expectativas de los entrevistadores, pero intenté contestarlas aportar siempre algo nuevo en todas ellas.
Al principio de las entrevistas hay un código QR que enlaza con la conferencia impartida por cada uno, que están colgadas en el canal de YouTube de la UIC, si a alguien pudiera interesarle la mía, está en este enlace
El libro no está en venta pero, a partir de septiembre se podrá leer a través e ISUU en la página web de la UIC, lo que recomiendo porque abarca muchos campos diversos además del arquitectónico.

06 mayo 2021

Sin casa, no sin hogar. Living in Nomadland

Portada del nº 234 de Arquitectura Viva.
Hace unos meses publiqué una entrada en este blog sobre un artículo dedicado a los cineastas Beka & Lemoine que se había publicado en el número 232 de la revista Arquitectura Viva, correspondiente al mes de marzo de este año. 
Ahora escribo esta entrada, porque en el último número de esta revista, el 234, se ha publicado otro artículo mío titulado como esta entrada, «Sin casa. no sin hogar. Living in Nomadland», por cierto que el subtítulo inglés no es esnobismo sino que se justifica porque el texto está traducido a ese idioma.
Este artículo fue escrito antes de que los cineastas de Nomadland recibieran varios premios en la última ceremonia de los Oscar, pero cuando ya había ganado el León de Oro de Venecia y triunfado en otros premios como los BAFTA y los Globos de Oro; es curioso que en los últimos años las películas galardonadas en los Oscar lo hayan sido antes en festivales europeos, como sucedió con Parásitos, lo que no solía ocurrir en ediciones anteriores.
En otras ocasiones suelo copiar los primeros párrafos de mis artículos, indicando que si quieren seguir leyéndolos, han de comprar los libros o revistas donde se publicaron, en este caso los editores de Arquitectura Viva, creo que siguiendo un buen criterio, han decidido publicarlo entero en su pagina web y se puede leer aquí.

03 marzo 2021

Beka & Lemoine

En el último número de Arquitectura Viva, el 232, correspondiente al mes de marzo, se publica mi artículo «Bêka & Lemoine: La  mirada insólita», que me encargaron sobre la trayectoria de estos cineastas, a raíz de su última película, Tokyo Ride, rodada en gran parte en el interior del Alfa Romeo Giulia GT del arquitecto Ryue Nishizawa, mientras recorre las calles de la capital del Japón.
Ya había elegido su primer largometraje, Koolhaas Houselife, que aún sigue siendo una de sus mejores películas, para estar entre las cincuenta películas que merecían formar parte de Construcciones filmadas: 50 películas esenciales sobre arquitectura, por su punto de vista entonces innovador y su forma de mostrar una edificación, y es complicado mantenerse neutral y siendo justo cuando se escribe sobre la obra de cineastas que han intentado mostrar la arquitectura desde otra forma distinta, que no sea la usual de "bustos parlantes" elogiando a un arquitecto y/o un edificio. Supongo que para Beka & Lemoine también ha de ser complicado mantenerse ecuánimes cuando están realizando un documental encargado y financiado por una empresa o un arquitecto, por eso se nota que están más libres y son más creativos, cuando son ellos mismos los promotores de sus proyectos.
Como en otras ocasiones voy a copiar solo el primer párrafo de mi artículo y si quieren seguir leyéndolo, lo siento, pero tendrán que comprar la revista:

Un viejo Alfa Romeo Giulia recorre las calles de Tokio bajo la lluvia, lo conduce Ryue Nishizawa, en el asiento trasero va incómoda y apretada Louise Lemoine, y en el delantero el espectador, que verá y oirá lo que sucedió desde la mañana a la noche del 25 de abril de 2019, a través de la cámara que maneja Ila Bêka en Tokyo Ride. No parece un planteamiento muy prometedor, pero tampoco lo parecía entrevistar a una extremeña que se ocupaba de limpiar una casa en Koolhaas Houselife y sin embargo, quienes las hayan visto saben que tanto una película, como la otra, son capaces de mostrar aspectos insólitos de edificios y ciudades, gracias a la mirada singular de estos dos cineastas.

Esperemos Beka & Lemoine sigan con su trabajo y pronto estrenen una nueva película.

18 enero 2021

Sin prejuicios

La fundación arquia, que cumplió treinta años en 2020, ha iniciado una nueva colección de libros titulada Sin prejuicios, con el libro del mismo título escrito por el arquitecto Arturo Franco. Esta colección, según explica la Fundación: «se centra en la publicación de manuscritos que, por su formato y contenido, breve y conciso, tienen el objetivo de difundir y aproximar la arquitectura y el derecho, así como otras disciplinas afines, al ciudadano no especializado, para contribuir y afianzar un espíritu crítico y una curiosidad sin prejuicios, tal como afirmaba Walt Whitman: "Be curious, not judgmental" ("Sé curioso, no prejuicioso")».
En la contracubierta de este volumen, su autor escribe que es «un ensayo donde la experiencia se muestra directa y sincera, a contracorriente y a partir de recuerdos. Se reflexiona sobre arquitectura, arte, cine y jardines desde la práctica y el sentido común, sin complejos. Una memoria de bolsillo para consultar en momentos de extrema necesidad» y concluye: «Confesiones de un vago constante que avanza retrocediendo, como los remeros. Progresa hacia el futuro, como apuntaba Jorge Oteiza, sin perder de vista lo que queda atrás, lo permanente, lo que la marea dejó. Un texto asilvestrado que navega y transita, de forma lenta e insegura, hacia un ser "sin prejuicios"»..
El libro tiene como subtítulo: Escritos sobre arquitectura, arte, cine, jardines y otros recuerdos y precisamente por esa relación con el cine es interesante para los lectores de este blog, para comprobarlo basta leer una de sus últimas páginas donde hay una filmografía con las películas mencionadas en el texto, que incluye a los siguientes directores: Luis Buñuel, José Luis Cuerda, Marco Ferreri, Victor Fleming, Bong Joon-Ho, Akira Kurosawa, George Miller, Giuseppe Tornatore, David Zonana y el propio Arturo Franco que ha rodado dos cortometrajes, como se ve una lista muy variada en la que he de confesar que no conocía al penúltimo, pero su película Mano de obra, que Franco compara con Parásitos, parece muy interesante.
El texto de Sin prejuicios es muy sugerente y, sobre todo, tiene la virtud de dar pie a discusiones y disquisiciones, no solo sobre cine y arquitectura, sino también sobre otras disciplinas; entre sus afirmaciones más curiosas está cómo, según Franco, deben verse las películas de distintos directores: «Steven Spielberg te pide un buen sofá cama con una manta de leñador cerca y una cerveza; una de Aki Kaurismäki, un sillón capitoné de color verde apagado y una botella de Koskenkorva; una de Jean-Luc Godard, una silla de madera elemental y un vaso de agua, y una de Jonas Mekas, solo que permanezcas de pie. No tardarás en marcharte mareado».
Antes de acabar se debe mencionar que el libro acaba con un texto estupendo del profesor Antonio Miranda, sobre la intervención en el Matadero de Madrid, obra de Arturo Franco. También hay que recordar que en la televisión pública española, rtve, se ha iniciado la emisión de una serie titulada Jardines con historia, presentada por Arturo Franco, que puede verse en línea aquí.

15 mayo 2020

París en cinco días

Título de crédito de la película
En estos extraños días de confinamiento, hay muchas filmotecas que han abierto sus archivos, para que todos puedan ver películas peculiares, una de ellas ha sido La Cinémathèque française, que ha creado una página denominada HENRI en la que cada día van poniendo una película «rara», como ellos mismos las califican, y de verdad que hay una mezcla extraña, desde Epstein, hasta Schroeder, pasando por Iosseliani, Ruiz y una sección dedicada a la extraordinaria productora Albatros, en esta última está incluida la película Paris en cinq jours (París en cinco días) dirigida en 1925 por Pierre Colombier y Nicolas Rimsky quien además es el protagonista. 
Una comedia interesante desde el punto de vista arquitectónico y urbano, que tras los títulos de crédito, comienza con el rótulo:  «Rascacielos… dieta seca… ciudad de hierro» y entonces se ve la parte alta del edificio Woolworth, que entonces era el más alto del mundo, con un dirigible sobrevolándola.
Dirigible y edificio Woolworth

En el siguiente intertítulo se puede leer: «9 de la mañana… las oficinas de la Messerby and Cº Ltd, Saksify Trust and Melon-Jam Monopolist», una empresa monopolista de mermelada de melón, y se ve un espacio vacío lleno de mesas, que de repente se llena de gente trabajando, mientras el protagonista lee una novela de espadachines. Es curioso que no se mencione directamente a Nueva York, aunque el rascacielos sea neoyorquino y los personajes principales sean de los Estados Unidos.

La oficina vacía
Gracias a una herencia, la pareja protagonista puede hacer un viaje a París de cinco días, en los que coincidirá con un grupo variado de personas y vivirá varias aventuras, es curioso que ya entonces se organizaran viajes colectivos como los que se ridiculizarían muchos años después en Si hoy es martes, esto es Bélgica, en los que se siguen unos horarios estrictos para poder realizar muchas visitas. En París en cinq jours, los viajeros pasan rápidamente por delante de casi todos los monumentos de la ciudad e incluso entran en la Exposición de Artes Decorativas, que se había inaugurado ese mismo año, los llevarán en unas curiosas sillas de ruedas e incluso les darán tiempo para poder bailar, pero solo unos pocos minutos, porque se ha de cumplir el largo itinerario previsto.
El interior de la oficina viéndose el exterior por la ventana

Esta película tiene una peculiaridad muy curiosa. En algunos planos de las escenas iniciales, que transcurren en la oficina antes mencionada, se ve por sus ventanas un paisaje urbano compuesto por fachadas con ventanas dispuesta regularmente, como si fueran los edificios monótonos de una gran ciudad, cuando se ven estos planos por primera vez, se percibe una extraña distorsión, analizándola se comprueba que está producida por la diferencia que hay entre las perspectivas del exterior y del interior, hay una doble perspectiva, ya que las líneas de fuga de ambas conducen a puntos diferentes, por supuesto que esto puede ocurrir en la realidad, si la fachada del edificio donde está la oficina no fuera paralela a las que están enfrente, pero sería algo extraño porque se produciría en una ciudad cuyas calles no tendrían sus lados paralelos sino divergentes o convergentes.
En azul lineas de fuga de la perspectiva exterior , en verde las de la
interior
El director artístico de Paris en cinq jours fue el gran Lazare Meerson, uno de los profesionales más reconocidos de la historia del cine y sería extraño que hubiera cometido un error, lo lógico es que para simular las fachadas exteriores usara un forillo, un telón pintado, que ya se hubiera empleado en el estudio o que simplemente no le diera importancia a esos planos. Esto ahora será difícil descubrirlo, pero la película afortunadamente aún pervive y además es interesante y divertida.

10 mayo 2019

Botas Ghirlanda → Malaparte → Godard → Cavani

Juan Manuel Botas Ghirlanda. Golfo de Capri, öleo sobre lienzo 128 x 126 cm.
Museo Municipal de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife
Hace poco, navegando por la red, encontré el cuadro Golfo de Capri, que pintó Juan Manuel Botas Ghirlanda en la primera década del siglo pasado y cuya reproducción adjunto sobre este texto. Es curioso que los cuadros y casi todo, se vea ahora más en las pantallas que en la realidad, aunque la impresión no sea la misma. Al encontrarlo en Internet, he recordado  la última vez que lo vi, fue en una exposición antológica del pintor, lo habían colgado solo en una gran pared al fondo de la primera sala y aunque lo había visto muchas veces en el Museo Municipal de Bellas Artes, inmediatamente lo asocié a una palabra: Malaparte. ¿Ese promontorio en la isla de Capri no sería era el elegido por el escritor para edificar su casa?
En 1905, Botas vendió uno de sus cuadros más grandes al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife por una fortuna, mil quinientas pesetas (aproximadamente nueve euros), Miguel Tarquis ha escrito que al mismo tiempo el pintor empieza «a hacer política, compra con cuadros o halagos las voluntades de los concejales», demostrando que la corrupción no es solo un fenómeno contemporáneo, y logra la aprobación del Pleno municipal para que le concedan una beca de estudios de tres mil pesetas anuales, con este dinero, por fin pudo abandonar su isla perdida en medio de Atlántico, trasladándose a Roma, durante su viaje a Italia se sabe que estuvo una temporada en Nápoles y seguramente desde allí cruzó el Tirreno hasta Capri.
Treinta años después, Malaparte adquirió un terreno escarpado en la costa este de Capri llamado Punta del Massullo y le encargó a Adalberto Libera el proyecto para construir su casa, ya se ha escrito mucho sobre este edificio y sobre El desprecio, algunos hablando solo de Brigitte Bardot y otros, mas serios, ensalzando cómo Jean-Luc Godard usa ese espacio arquitectónico de una forma magistral. Hay que recodar que Liliana Cavani en La piel desaprovechó las posibilidades que le daba el edificio y cómo las han aprovechado algunos directores de anuncios publicitarios.
Habría que preguntarse si hoy en día se permitiría que alguien construyese esa casa en ese lugar, en primera línea de costa, no conozco la legislación italiana, pero estoy seguro que en España sería prácticamente imposible y que conste que no se está criticando la legislación, porque es evidente que destruir un paisaje como el que pintó Botas es una salvajada, pero también es evidente que la casa Malaparte es uno de los edificios más interesantes de la historia de la arquitectura.
Botas volvió a su isla pero, según Tarquis, tenía «su pecho minado ¡Las modelos son tan bonitas! Roma y París son perniciosas para cualquier joven de un temperamento anárquico como el de Botas. Locuras de juventud que no se pueden reparar; la tuberculosis pulmonar había hecho presa en su pecho» -como puede observarse Tarquis tenía unas nociones de medicina muy peculiares-, una enfermedad que entonces era inevitablemente mortal. El pintor acababa de cumplir treinta y cinco años cuando falleció, y en esos pocos años había visto y vivido mucho más que la mayoría de sus compatriotas insulares.
Este podría ser un buen final para esta entrada, pero lo cierto es que una vez comparadas las fotografías de la casa y el cuadro, no parece que sean el mismo promontorio, es una lástima, porque finalmente lo real pierde el encanto que podría tener en la ficción.

Captura de Google Maps

Related Posts with Thumbnails