El próximo miércoles 1 de julio a las 20:00 horas tenía que estar en una mesa redonda en la Filmoteca Valenciana, pero por razones personales no podré asistir. El motivo es un ciclo que organizan esa filmoteca y el Colegio Oficial de Arquitectos de Valencia coincidiendo con el Congreso de Arquitectos, y que se desarrollará hasta el 25 de julio, con proyecciones en la sede del IVAC, en la Plaza del Ayuntamiento nº 17, edificio Rialto, y en la Universidad.
La mesa redonda se hará el miércoles para inaugurar el ciclo con la arquitecta
Isabel Navarro y Áurea Ortiz, y sin duda valdrá la pena oírlas.
Respecto al ciclo, está programado por José Antonio Hurtado, lo cual es una garantía de calidad e innovación, y se podrán ver desde estrenos, hasta títulos ya clásicos.
Me encargaron en su momento un breve texto para el programa que edita la Filmoteca y aprovecho para reproducirlo a continuación:
Las ciudades, a pesar de todas sus imperfecciones e inconvenientes, son la creación más original, notable y característica de los seres humanos. No cabe la menor duda que hoy la vida de nuestra especie sobre este planeta no podría entenderse sin esos entornos edificados donde desarrollamos nuestras vidas.
Las poblaciones son como los organismos vivos: nacen, crecen y algunas veces terminan desapareciendo, y ese desarrollo es completamente dinámico. La característica principal del cine, que le diferencia de las demás manifestaciones artísticas, es evidentemente la de poder reflejar el movimiento, por eso es este arte del siglo XX el que con mayor fidelidad puede mostrar la evolución de las ciudades a través del tiempo.
La fundación de nuevas poblaciones tiene, ante todo, un origen ancestral y casi divino, pero no es una actividad que haya cesado y tuvo un florecimiento en el siglo XIX, cuando los europeos invadieron territorios vírgenes que no les pertenecían, esta fundación ha sido mostrada por el cine en uno de sus géneros primigenios, el western, y en películas como El juez de la horca.
No se puede olvidar que las ciudades también están construidas por los grupos humanos que las pueblan y éstos a su vez las modifican con sus actividades y conflictos. Nueva York no es una excepción y así se muestra en Gangs of New York, como son mostradas las aglomeraciones y contradicciones de la gran metrópoli japonesa en Tokyo-Ga y las multitudes, gracias a cambiar la velocidad normal en Koyaanisqatsi.
Transformaciones que cuando son radicales y violentas, provocan en sus ciudadanos una nueva forma de habitar, como en el caso de los conflictos bélicos, algo perfectamente mostrado en Alemania, año cero, que sucede en una de las grandes ciudades del siglo XX, Berlín, objeto de interesantes miradas cinematográficas, como la de Berlín sinfonía de una metrópoli de 1927 así como su recreación y reinterpretación, Berlín Sinfonie einer Grosstadt, ochenta y cinco años después.
Las destrucciones cotidianas a veces son más terribles que las guerras, paradójicamente demoliendo para construir otras edificaciones, en las denominadas "renovaciones urbanas", como las barcelonesas de En construcción y para levantar inmensas infraestructuras, como en China la presa de las tres gargantas reflejada en Naturaleza muerta y en el otro extremo del mundo, en Argentina, la ciudad de Federación anegada por otra presa y convertida muchos años después una atracción turística mostrada en Construcción de una ciudad.
El punto de vista del creador sobre una ciudad puede ser muy personal y peculiar, como le sucede a Basilio Martín Patino en Madrid y a Terece Davies con Liverpool en Of Time and the City, e incluso el cineasta puede asumir el protagonismo y ser él mismo quien muestre su población, como hace Nani Moretti en Caro Diario, mientras pasea por Roma en moto.
Por último el futuro, en lo que se transformarán las ciudades, algo que tiene una gran relación con el momento en el que se rodó la película, por eso Blade Runner tiene más paralelismos con las poblaciones en los años ochenta, que con Los Ángeles en el 2019, sin haber perdido un ápice de su poderosa fuerza visual, que maravilló a todos hace ya veintisiete años.
Antes se decía que las ciudades crecen, los agentes que provocan sus transformaciones son muy variados, sobre todo, los poderes políticos y económicos; quienes las idean son los urbanistas, que han de planificar ese crecimiento, no lo olvidemos, supeditados siempre a los poderes antes mencionados, y quienes por último las llevan a cabo son los arquitectos que diseñan las edificaciones, tampoco lo olvidemos, también supeditados, pero en este caso a los promotores y propietarios.
El problema es que, aunque la inmensa mayoría de las personas vivan y mueran en las ciudades, se han habituado a sus entornos urbanos y en pocas ocasiones tienen el tiempo necesario para reflexionar y criticar algo tan fundamental como es el lugar dónde se desarrolla su existencia. Este ciclo es un buen momento para descubrir, analizar, recapacitar y discutir sobre las ciudades, esas construcciones originales, notables y características de los seres humanos.
Las poblaciones son como los organismos vivos: nacen, crecen y algunas veces terminan desapareciendo, y ese desarrollo es completamente dinámico. La característica principal del cine, que le diferencia de las demás manifestaciones artísticas, es evidentemente la de poder reflejar el movimiento, por eso es este arte del siglo XX el que con mayor fidelidad puede mostrar la evolución de las ciudades a través del tiempo.
La fundación de nuevas poblaciones tiene, ante todo, un origen ancestral y casi divino, pero no es una actividad que haya cesado y tuvo un florecimiento en el siglo XIX, cuando los europeos invadieron territorios vírgenes que no les pertenecían, esta fundación ha sido mostrada por el cine en uno de sus géneros primigenios, el western, y en películas como El juez de la horca.
No se puede olvidar que las ciudades también están construidas por los grupos humanos que las pueblan y éstos a su vez las modifican con sus actividades y conflictos. Nueva York no es una excepción y así se muestra en Gangs of New York, como son mostradas las aglomeraciones y contradicciones de la gran metrópoli japonesa en Tokyo-Ga y las multitudes, gracias a cambiar la velocidad normal en Koyaanisqatsi.
Transformaciones que cuando son radicales y violentas, provocan en sus ciudadanos una nueva forma de habitar, como en el caso de los conflictos bélicos, algo perfectamente mostrado en Alemania, año cero, que sucede en una de las grandes ciudades del siglo XX, Berlín, objeto de interesantes miradas cinematográficas, como la de Berlín sinfonía de una metrópoli de 1927 así como su recreación y reinterpretación, Berlín Sinfonie einer Grosstadt, ochenta y cinco años después.
Las destrucciones cotidianas a veces son más terribles que las guerras, paradójicamente demoliendo para construir otras edificaciones, en las denominadas "renovaciones urbanas", como las barcelonesas de En construcción y para levantar inmensas infraestructuras, como en China la presa de las tres gargantas reflejada en Naturaleza muerta y en el otro extremo del mundo, en Argentina, la ciudad de Federación anegada por otra presa y convertida muchos años después una atracción turística mostrada en Construcción de una ciudad.
El punto de vista del creador sobre una ciudad puede ser muy personal y peculiar, como le sucede a Basilio Martín Patino en Madrid y a Terece Davies con Liverpool en Of Time and the City, e incluso el cineasta puede asumir el protagonismo y ser él mismo quien muestre su población, como hace Nani Moretti en Caro Diario, mientras pasea por Roma en moto.
Por último el futuro, en lo que se transformarán las ciudades, algo que tiene una gran relación con el momento en el que se rodó la película, por eso Blade Runner tiene más paralelismos con las poblaciones en los años ochenta, que con Los Ángeles en el 2019, sin haber perdido un ápice de su poderosa fuerza visual, que maravilló a todos hace ya veintisiete años.
Antes se decía que las ciudades crecen, los agentes que provocan sus transformaciones son muy variados, sobre todo, los poderes políticos y económicos; quienes las idean son los urbanistas, que han de planificar ese crecimiento, no lo olvidemos, supeditados siempre a los poderes antes mencionados, y quienes por último las llevan a cabo son los arquitectos que diseñan las edificaciones, tampoco lo olvidemos, también supeditados, pero en este caso a los promotores y propietarios.
El problema es que, aunque la inmensa mayoría de las personas vivan y mueran en las ciudades, se han habituado a sus entornos urbanos y en pocas ocasiones tienen el tiempo necesario para reflexionar y criticar algo tan fundamental como es el lugar dónde se desarrolla su existencia. Este ciclo es un buen momento para descubrir, analizar, recapacitar y discutir sobre las ciudades, esas construcciones originales, notables y características de los seres humanos.
2 comentarios:
Hola Jorge! Acabo de descubrir tu blog... Soy estudiante de arquitectura y sigo tus libros y artículos desde hace varios años. También me interesan muchísimo, como a ti, las relaciones entre cine y arquitectura, y cine y ciudad... Simplemente quería dejarte un saludo, y darte las gracias por tu labor divulgadora, así como ofrecerte mi humilde colaboración en cualquier cosa que te pueda ser de ayuda jeje. Un saludo!
Estoy encantado con tu comentario. Esta la página de todos los que estamos interesados en estos temas y te animo a que escribas algo o aportes lo que quieras.
Ya sabes dónde estoy... Abrazos.
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