25 octubre 2023

Los Blandings de nuevo

Cartel con los
Blandings
construyendo ellos
mismos su casa.
 
El 2 de octubre pasado, el Colegio Oficial de Arquitectos de Tenerife, la Gomera y el Hierro, me invitó a participar en la Semana de la Arquitectura cuyo tema principal era «calidad de vida». La arquitecta Elena García que la organizó propuso proyectar una película y después mantener un coloquio con el público, entre todos los títulos con los que cuenta la biblioteca del colegio me pareció que el más apropiado al tema mencionado, era Los Blandings ya tienen casa, por tratar temas relacionados con la domesticidad, y aprovechando que este año ha cumplido su setenta y cinco años.
Volví a verla y tomé unas notas para poder hablar sobre ella, que reproduzco aquí junto a otras reflexiones que fueron surgiendo en el coloquio. Primero indiqué que un par de días antes Facebook me había recordado que quince años antes estaba en Costa Rica presentando esa misma película, que estaba incluida en un ciclo en la universidad sobre profesiones, donde también proyectaban El Doctor, en la que, cuando un médico contrae una enfermedad, conoce su profesión desde el punto de vista del enfermo, entendiendo que se había portado de una forma inhumana con sus pacientes; comenté que los arquitectos, gracias a la familia Blanding, sabíamos cómo son los clientes de un arquitecto y, sobre todo los sufrimientos que provoca la construcción de una casa.
Todo comenzó en 1939, cuando el ingeniero químico Eric Hodgins construyó su casa, que tenia un presupuesto inicial de once mil dólares y costó cincuenta y seis mil; arruinado, dos años después tuvo que venderla por treinta y ocho mil dólares a un general del Ejército del Aire retirado. Esta experiencia le sirvió para escribir un cuento corto titulado Mr. Blandings Builds his Castle publicado en Fortune y Life en abril de 1946, ese mismo año, lo amplió y publicó la novela Mr. Blandings Builds His Deanm House, que tuvo un gran éxito de ventas.

Título

Ya se ha mencionado el nombre del cuento: El Sr. Blandings construye su castillo, transformado para la novela en El Sr. Blandings construye la casa de sus sueños --el mismo de la película--, ambos relacionan un castillo con una vivienda soñada y tienen como único protagonista al marido, que es quien aporta el dinero a la familia y el que parece sufrir más con la construcción. En España el título se transformó en Los Blandings ya tienen casa, lo primero que llama la atención es que se conservase el apellido, porque en los años cuarenta se solían modificar los nombres de las películas, “españolizando” o directamente eliminando, términos anglosajones, que se considerasen difíciles de repetir por los españoles de entonces o poco comerciales; el otro aspecto notable es que se le dé el protagonismo a toda la familia, gracias al artículo “los”.
En Francia su título fue Un million clefs en main, que se puede traducir por Un millón, llaves en mano, una expresión que usaba la publicidad inmobiliaria para decir que la casa se vendía totalmente acabada, en este caso por un millón, una cantidad desorbitada en esos años. En Austria se eliminó al marido titulándose Madame wünscht sich ein Haus, Madame quiere una casa, quizás el título más corto y certero fue el brasileño: Lar... Meu Tormento, o sea simplemente: Hogar... mi tormento.
Cartel estadounidense con los rostros
sobre blueprints, como en los títulos
de crédito.
La arquitectura y la construcción adquieren importancia desde el inicio, desde los títulos de crédito, que se van superponiendo a lo que parecen copias de planos de detalles constructivos de carpinterías de madera, de aquella época en blueprints, en papeles con fondo azul y las líneas en blanco, un sistema para hacer copias en el que se superponían los planos dibujados en papel transparente, sobre papel fotográfico, por lo que en las obras se usaban los negativos de los planos originales.
En estos títulos se puede comprobar que figura como asesor John Swope que, por el argumento de la película, debería ser arquitecto, decorador o constructor, pero en realidad fue un reconocido fotógrafo, quizás con buen gusto para la arquitectura. También se puede comprobar que --mencionando un tema actual-- exceptuando a las cinco actrices, dos niñas y tres adultas, no hay mujeres en los títulos, a pesar de que, en aquella época, ya había bastantes que solían trabajar como diseñadoras de vestuario, montadoras, así como encargadas de peluquería y maquillaje.




Producción

Rodaje en el estudio del arquitecto. De izquierda a derecha, el 
director H. C. Potter, el operador Charles Burke y el director de
fotografía James Wong Howe.
Los Blandings ya tienen casa
fue producida por una de las llamadas cinco majors estadounidenses de la época, la RKO Pictures (Radio Keith Orpheum), que había sido la productora de películas tan diferentes entre sí como King Kong, Ciudadano Kane, los últimos tarzanes de Johnny Weissmüller, y los maravillosos musicales protagonizados por Fred Astaire y Ginger Rodgers
El mismo año en que la RKO produjo los Blandings, también estrenó títulos diversos como Fort Apache, Juana de Arco, así como Tarzán y las sirenas, y además la empresa fue adquirida por el multimillonario Howard Hughes, que fue capaz de llevarla a la ruina en muy poco tiempo.
En las películas estadounidenses producidas por los cinco estudios más importantes –Columbia, Metro Goldwyn Mayer, RKO, Universal y Warner Bros--, tenía mucha más importancia el equipo que el director, en esta los responsables de crear los espacios cinematográficos fueron los directores artísticos Albert S. D’Agostino y Carroll Clark, y los ambientadores Darrell Silvera y Harley Miller, todos ellos con una larga trayectoria en la RKO y otras productoras. 
Hay que tener en cuenta que entonces, como ahora, la economía de la producción era fundamental, por eso, se logró resolver todo el argumento solo en cinco interiores: apartamento y casa de los Blandings, oficinas del Sr. Blandings y el abogado, y estudio del arquitecto, así como en pocos exteriores.
Respecto al director de esta película, H. C. Potter, se le debe una de las más delirantes y surrealistas cintas de todos los tiempos, Loquilandia, protagonizada por los olvidados cómicos Olsen y Johnson; Potter se retiró pronto y se dedicó a escribir cuentos y novelas protagonizadas por Sherlock Holmes, llegando a ganar algún premio.
He leído el cuento de Hodgins, pero no la novela, por lo que no sé hasta qué punto el guion de la película es fiel al texto escrito, el primero, acaba con el protagonista soñando con que la casa arde, desapareciendo su problema. Lo que sí estoy seguro es que, conociendo la calidad de sus guionistas, Norman Panama y Melvin Frank, mejoraron y acentuaron sus aspectos cómicos, logrando una caustica representación de las características de una clase social en aquel tiempo. Hay que recordar que las buenas comedias son mucho más críticas con la sociedad de su momento, que otras películas consideradas “políticas”, basta recordar por ejemplo a Ernst Lubitsch, Billy Wilder, Blake Edwards y Jerry Lewis.

Estructura

El edificio casi acabado.
Volviendo a la película, comienza con una visión de Manhattan narrada por el abogado amigo de los Blandings, con textos eminentemente publicitarios, que se contradicen con las imágenes urbanas que se van mostrando, este personaje además rompe la “cuarta pared” al mirar a la cámara, como también sucede al final cuando los tres protagonistas vuelven a hacerlo, invitando a los espectadores a que los visiten en su casa.
La siguiente escena, que se desarrolla a primera hora de la mañana, está compuesta por varios planos entre los que hay uno secuencia sin diálogos, ni música, recorriendo el interior del pequeño apartamento de los Blandings en un rascacielos de Manhattan, mientras la cámara ve siguiendo al padre de la familia y atravesando dos veces un tabique, que está al lado de la cocina, en dos sentidos opuestos, un inicio notable que con pocos recursos y en poco tiempo, informa al espectador del entorno arquitectónico donde están inmersos los personajes y sus dificultades. Además, este movimiento puede relacionarse con la última escena de la película, en el que la cámara montada sobre una grúa va desde encuadrar al protagonista en un plano medio, hacia atrás hasta llegar a uno general mostrando toda la casa, remarcando la importancia de este edificio en el argumento.
La película tiene una estructura convencional separada en tres actos, marcados por la construcción de la vivienda, el primero antes de que se efectúe, el segundo su edificación y por último, cuando ya está finalizada --o casi acabada-- y comienza a ser habitada por la familia.

Personajes

Publicidad de la película en la que los
constructores empujan para encarecer la casa.
Respecto a los protagonistas, ninguno puede servir como modelo, excepto quizás las dos hijas de la familia, que son lúcidas, aunque un poco pedantes; Jim Blandings (Cary Grant) es engreído, torpe, iluso y casi gafe; su esposa (Mirna Loy) siempre quiere consumir más y tenerlo al instante; el amigo abogado, Bill Cole (Melvyn Douglas), desea --y quizás logra-- acostarse con la mujer de su amigo; el empleado de la inmobiliaria es un estafador; el pocero Mr. Tesander (Harry Shannon)) y el palista italiano, Mr. Zucca (Tito Vuolo), dos inútiles; el capataz de los carpinteros (Lex Barker antes de ser Tarzán), un vago; el constructor, John W. Retch (Jason Robards, no confundir con su hijo), un mal profesional, enfocado en obtener el mayor beneficio económico a costa de su cliente, porque desde el principio la preocupación principal de Jim es la económica, saber si va a poder sufragar su casa, sin importarle si es más o menos funcional y/o atractiva.
Por último, el arquitecto Henry L. Simms --¿Tendrá algo que ver el vídeo juego los Sims con él? – es un profesional sobrepasado por la empresa constructora y algo indolente, ya he escrito en La imagen supuesta: Arquitectos en el cine, sobre este personaje, interpretado por Reginald Denny con su acento británico, como si fuera un aristócrata en un mundo que no domina, por cierto, este actor ha sido uno de los que más veces ha interpretado el papel de un arquitecto, en cuatro películas.

Casa

Plano original de Simms.
En la película se ve un plano de las dos plantas de la vivienda, que les muestra el arquitecto en su estudio a sus clientes, y que ellos van modificando, hasta crear el monstruo que refleja sus deseos de cómo debería ser su modo de vida en el futuro, traducidos a formas arquitectónicas. Este plano inicial no es el de la casa una vez construida, aunque tenga algunas semejanzas en su contorno y configuración general.
El chalé donde finalmente van a vivir los Blandings, tiene dos cuerpos adosados, uno de dos plantas y otro de una, con una buhardilla encima, ambos con cubiertas de tejas a dos aguas, su forma es muy convencional y sin interés arquitectónico, aunque sociológicamente pudiera servir para saber cómo podría ser la casa soñada por un estadounidense en aquellos años. 
No se debe olvidar que además en dos imágenes anteriores se ven las viviendas ideales de la esposa, completamente llena de flores en parterres circulares, y del marido, una especie de cottage inglés donde él está por fuera con una escopeta de caza y un mastín, y vestido con ropa también británica, los dos chalés tienen cubiertas a dos aguas y de teja, lo que parece una constante en el sueño de una casa en el campo.
Se ha escrito que esta casa se construyó entera en un terreno para el rodaje de la película y que se mantuvo en pie durante varios años, pero es muy extraño que una edificación de la que solo llegan a verse dos fachadas, se levantase completamente, ya que, por economía de medios, en el cine --y más en el de aquella época--, solo se construía lo que fuera a ser directamente encuadrado por la cámara.
Fotocromo con la maqueta de la casa 
en construcción.
Lo que sí es cierto es que se construyó una maqueta de la casa en obras mostrando su estructura de madera, para que apareciera en las fotos publicitarias, que no es diegética en la película, ya que no se ve durante su metraje, aunque podría haber estado en el estudio de Simms para enseñársela a sus clientes. 
Un estudio que está en la planta baja de una edificación, donde el arquitecto está solo, con un tablero de dibujo que es el único elemento que lo relaciona con su profesión y en el que hay varias pistolas y rifles, colocados en las paredes, como si el arquitecto tuviese que defenderse de alguien, quizás de algún cliente descontento.

Blandings post Blandings

Planos para construir la casa en la 
realidad.
Volviendo a Hodgins, la RKO le pagó veinte mil dólares por los derechos de la adaptación, a pesar de ello intentó volver a comprar su casa, pero no lo consiguió, aprovechando el éxito de la novela y la película, escribió una secuela titulada Blanding's Way, publicada en 1950.
Además en 1951, Cary Grant y su esposa en aquellos años, Betsy Drake, protagonizaron un serial radiofónico sobre la familia Blandings para la cadena NBC.
Los Blandings ya tienen casa obtuvo unas buenas recaudaciones en la taquilla y para aprovechar su popularidad, se usaron sus imágenes en diversos anuncios, como de cubertería, mobiliario, cortinas... y además se construyeron setenta y tres réplicas de la casa por todo Estados Unidos, en ciudades como Beaverton, Chattanooga, Connecticut, Kansas City, Oklahoma City, Portland, Toledo, Tulsa, South Bend y Spokane, alrededor de sesenta fueron equipadas por General Electric y algunas se sortearon en una rifa. 


Los Blandings vendiendo cuberterías.
  
Anuncio de General Electric con la casa de
los Blandings.



















Hasta hace poco tiempo todavía quedaba alguna de esas casas en pie, aunque seguramente sus usuarios ya no recuerden aquella vieja película en blanco y negro titulada Los Blandings ya tienen casa, que sigue siendo casi tan actual como cuando se estrenó.

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