Cartel con los Blandings construyendo ellos mismos su casa. |
Volví a verla y tomé unas notas para poder hablar sobre ella, que reproduzco aquí junto a otras reflexiones que fueron surgiendo en el coloquio. Primero indiqué que un par de días antes Facebook me había recordado que quince años antes estaba en Costa Rica presentando esa misma película, que estaba incluida en un ciclo en la universidad sobre profesiones, donde también proyectaban El Doctor, en la que, cuando un médico contrae una enfermedad, conoce su profesión desde el punto de vista del enfermo, entendiendo que se había portado de una forma inhumana con sus pacientes; comenté que los arquitectos, gracias a la familia Blanding, sabíamos cómo son los clientes de un arquitecto y, sobre todo los sufrimientos que provoca la construcción de una casa.
Todo comenzó en 1939, cuando el ingeniero químico Eric Hodgins construyó su casa, que tenia un presupuesto inicial de once mil dólares y costó cincuenta y seis mil; arruinado, dos años después tuvo que venderla por treinta y ocho mil dólares a un general del Ejército del Aire retirado. Esta experiencia le sirvió para escribir un cuento corto titulado Mr. Blandings Builds his Castle publicado en Fortune y Life en abril de 1946, ese mismo año, lo amplió y publicó la novela Mr. Blandings Builds His Deanm House, que tuvo un gran éxito de ventas.
Título
Ya se ha mencionado el nombre del cuento: El Sr. Blandings construye su castillo, transformado para la novela en El Sr. Blandings construye la casa de sus sueños --el mismo de la película--, ambos relacionan un castillo con una vivienda soñada y tienen como único protagonista al marido, que es quien aporta el dinero a la familia y el que parece sufrir más con la construcción. En España el título se transformó en Los Blandings ya tienen casa, lo primero que llama la atención es que se conservase el apellido, porque en los años cuarenta se solían modificar los nombres de las películas, “españolizando” o directamente eliminando, términos anglosajones, que se considerasen difíciles de repetir por los españoles de entonces o poco comerciales; el otro aspecto notable es que se le dé el protagonismo a toda la familia, gracias al artículo “los”.
En Francia su título fue Un million clefs en main, que se puede traducir por Un millón, llaves en mano, una expresión que usaba la publicidad inmobiliaria para decir que la casa se vendía totalmente acabada, en este caso por un millón, una cantidad desorbitada en esos años. En Austria se eliminó al marido titulándose Madame wünscht sich ein Haus, Madame quiere una casa, quizás el título más corto y certero fue el brasileño: Lar... Meu Tormento, o sea simplemente: Hogar... mi tormento.
Cartel estadounidense con los rostros sobre blueprints, como en los títulos de crédito. |
En estos títulos se puede comprobar que figura como asesor John Swope que, por el argumento de la película, debería ser arquitecto, decorador o constructor, pero en realidad fue un reconocido fotógrafo, quizás con buen gusto para la arquitectura. También se puede comprobar que --mencionando un tema actual-- exceptuando a las cinco actrices, dos niñas y tres adultas, no hay mujeres en los títulos, a pesar de que, en aquella época, ya había bastantes que solían trabajar como diseñadoras de vestuario, montadoras, así como encargadas de peluquería y maquillaje.
Producción
Rodaje en el estudio del arquitecto. De izquierda a derecha, el director H. C. Potter, el operador Charles Burke y el director de fotografía James Wong Howe. |
El mismo año en que la RKO produjo los Blandings, también estrenó títulos diversos como Fort Apache, Juana de Arco, así como Tarzán y las sirenas, y además la empresa fue adquirida por el multimillonario Howard Hughes, que fue capaz de llevarla a la ruina en muy poco tiempo.
En las películas estadounidenses producidas por los cinco estudios más importantes –Columbia, Metro Goldwyn Mayer, RKO, Universal y Warner Bros--, tenía mucha más importancia el equipo que el director, en esta los responsables de crear los espacios cinematográficos fueron los directores artísticos Albert S. D’Agostino y Carroll Clark, y los ambientadores Darrell Silvera y Harley Miller, todos ellos con una larga trayectoria en la RKO y otras productoras.
Hay que tener en cuenta que entonces, como ahora, la economía de la producción era fundamental, por eso, se logró resolver todo el argumento solo en cinco interiores: apartamento y casa de los Blandings, oficinas del Sr. Blandings y el abogado, y estudio del arquitecto, así como en pocos exteriores.
Respecto al director de esta película, H. C. Potter, se le debe una de las más delirantes y surrealistas cintas de todos los tiempos, Loquilandia, protagonizada por los olvidados cómicos Olsen y Johnson; Potter se retiró pronto y se dedicó a escribir cuentos y novelas protagonizadas por Sherlock Holmes, llegando a ganar algún premio.
He leído el cuento de Hodgins, pero no la novela, por lo que no sé hasta qué punto el guion de la película es fiel al texto escrito, el primero, acaba con el protagonista soñando con que la casa arde, desapareciendo su problema. Lo que sí estoy seguro es que, conociendo la calidad de sus guionistas, Norman Panama y Melvin Frank, mejoraron y acentuaron sus aspectos cómicos, logrando una caustica representación de las características de una clase social en aquel tiempo. Hay que recordar que las buenas comedias son mucho más críticas con la sociedad de su momento, que otras películas consideradas “políticas”, basta recordar por ejemplo a Ernst Lubitsch, Billy Wilder, Blake Edwards y Jerry Lewis.
Estructura
El edificio casi acabado. |
La siguiente escena, que se desarrolla a primera hora de la mañana, está compuesta por varios planos entre los que hay uno secuencia sin diálogos, ni música, recorriendo el interior del pequeño apartamento de los Blandings en un rascacielos de Manhattan, mientras la cámara ve siguiendo al padre de la familia y atravesando dos veces un tabique, que está al lado de la cocina, en dos sentidos opuestos, un inicio notable que con pocos recursos y en poco tiempo, informa al espectador del entorno arquitectónico donde están inmersos los personajes y sus dificultades. Además, este movimiento puede relacionarse con la última escena de la película, en el que la cámara montada sobre una grúa va desde encuadrar al protagonista en un plano medio, hacia atrás hasta llegar a uno general mostrando toda la casa, remarcando la importancia de este edificio en el argumento.
La película tiene una estructura convencional separada en tres actos, marcados por la construcción de la vivienda, el primero antes de que se efectúe, el segundo su edificación y por último, cuando ya está finalizada --o casi acabada-- y comienza a ser habitada por la familia.
Personajes
Publicidad de la película en la que los constructores empujan para encarecer la casa. |
Por último, el arquitecto Henry L. Simms --¿Tendrá algo que ver el vídeo juego los Sims con él? – es un profesional sobrepasado por la empresa constructora y algo indolente, ya he escrito en La imagen supuesta: Arquitectos en el cine, sobre este personaje, interpretado por Reginald Denny con su acento británico, como si fuera un aristócrata en un mundo que no domina, por cierto, este actor ha sido uno de los que más veces ha interpretado el papel de un arquitecto, en cuatro películas.
Casa
Plano original de Simms. |
El chalé donde finalmente van a vivir los Blandings, tiene dos cuerpos adosados, uno de dos plantas y otro de una, con una buhardilla encima, ambos con cubiertas de tejas a dos aguas, su forma es muy convencional y sin interés arquitectónico, aunque sociológicamente pudiera servir para saber cómo podría ser la casa soñada por un estadounidense en aquellos años.
No se debe olvidar que además en dos imágenes anteriores se ven las viviendas ideales de la esposa, completamente llena de flores en parterres circulares, y del marido, una especie de cottage inglés donde él está por fuera con una escopeta de caza y un mastín, y vestido con ropa también británica, los dos chalés tienen cubiertas a dos aguas y de teja, lo que parece una constante en el sueño de una casa en el campo.
Se ha escrito que esta casa se construyó entera en un terreno para el rodaje de la película y que se mantuvo en pie durante varios años, pero es muy extraño que una edificación de la que solo llegan a verse dos fachadas, se levantase completamente, ya que, por economía de medios, en el cine --y más en el de aquella época--, solo se construía lo que fuera a ser directamente encuadrado por la cámara.
Fotocromo con la maqueta de la casa en construcción. |
Un estudio que está en la planta baja de una edificación, donde el arquitecto está solo, con un tablero de dibujo que es el único elemento que lo relaciona con su profesión y en el que hay varias pistolas y rifles, colocados en las paredes, como si el arquitecto tuviese que defenderse de alguien, quizás de algún cliente descontento.
Blandings post Blandings
Planos para construir la casa en la realidad. |
Además en 1951, Cary Grant y su esposa en aquellos años, Betsy Drake, protagonizaron un serial radiofónico sobre la familia Blandings para la cadena NBC.
Los Blandings ya tienen casa obtuvo unas buenas recaudaciones en la taquilla y para aprovechar su popularidad, se usaron sus imágenes en diversos anuncios, como de cubertería, mobiliario, cortinas... y además se construyeron setenta y tres réplicas de la casa por todo Estados Unidos, en ciudades como Beaverton, Chattanooga, Connecticut, Kansas City, Oklahoma City, Portland, Toledo, Tulsa, South Bend y Spokane, alrededor de sesenta fueron equipadas por General Electric y algunas se sortearon en una rifa.
Hasta hace poco tiempo todavía quedaba alguna de esas casas en pie, aunque seguramente sus usuarios ya no recuerden aquella vieja película en blanco y negro titulada Los Blandings ya tienen casa, que sigue siendo casi tan actual como cuando se estrenó.
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