Cartel del documental |
Su director, Wes Craven, declara: «la localización del rodaje era fundamental, estuvimos localizando en el llamado Wine Country de California. En aquellos momentos pensaba: "como californiano leal tengo que rodar allí". Dijeron que querían que rodásemos en Vancouver, porque así se ahorrarían un millón de dólares. Vancouver es bonito, pero no es americano», Craven se refiere a estadounidense, pero ya se sabe que los súbditos de ese país siempre se han considerado los únicos "americanos".
Bruce Alan Miller. el diseñador de producción, indica que la productora «Miramax ponía un presupuesto de quince millones de dólares y dijeron que no querían rodar en California, porque era demasiado caro. Entonces llegamos a Santa Rosa donde estaba todo lo que necesitábamos. Nos pareció el lugar ideal, la plaza, el ambiente de pueblo, las casas...».
Pero la productora seguía empeñada en que el rodaje se desarrollara en Canadá y Craven dice: «Fue uno de esos momentos en que tuve que actuar con firmeza, recuerdo que fui a la oficina de Bob [Weinstein] en Nueva York y le dije: "esto es muy importante" y me contestó: "si te parece importante, como quieras". Estuvimos a punto de romper. Quería que la película tuviera un ambiente muy americano y por eso terminamos allí».
Milller «Uno de los Wenstein dijo: "tres millones de dólares, no podemos perderlo"», refiriéndose a la cifra que podrían ganar con la película.
El diseñador de producción también habla de su trabajo localizando: «Uno de los puntos fuertes de Santa Rosa era el Instituto, que parecía perfecto, era el mejor lugar para la producción», lo que también opina uno de los productores ejecutivos de la película, Richard Potter: «encontramos allí un Instituto muy bonito, y parecían estar encantados con el rodaje, que había aparecido antes en el cine en Peggy Sue se casó, de Francis Ford Coppola».
Craven declara sobre este tema: «El director y el resto del personal estaban encantados, fue una experiencia muy positiva, pasamos muchas semanas haciendo la preproducción y cuando estábamos a punto de comenzar el rodaje, el Consejo Escolar dijo: "Esperad un momento, si vais a rodar aquí, antes vamos a leer el guion". Leyeron el guion y se ofendieron muchísimo, les pareció despreciable y pensaron que no deberían permitir su rodaje en el Instituto y que había que cancelar el contrato».
La voz en over del documental insiste en este tema: «Pero la recepción brindada al equipo de rodaje no fue tan acogedora como las verdes y onduladas colinas del pueblo. Aunque en un principio la dirección del Instituto había aceptado la presencia de los actores y el equipo técnico, la última palabra la tenía el Consejo Escolar de Santa Rosa, cuyos miembros mostraron menos entusiasmo.
También se entrevista a Frank Pugh, que entonces era miembro de ese consejo escolar: «Cuando nos presentaron la película nos dijeron que era divertida, una comedia, pero lo que leímos no era eso, Esa fue la opinión del Consejo en aquel momento, no queríamos glorificar la violencia contra los menores, además hay que recordar que estábamos en un momento delicado para el Condado de Sonoma, acababa de iniciarse el juicio oral contra Davis el asesino, el hecho agitó los sentimientos de los habitantes del pueblo y por lo que recuerdo, la gente estaba muy nerviosa».
Según se cuenta en el documental: «La producción de la película coincidió en el tiempo con la tragedia de Polly Klass, un caso que atrajo la atención de toda la nación» y Davis era su secuestrador y asesino.
Afortunadamente, el equipo de rodaje recibió una invitación de la localidad vecina de Sonoma para que filmasen en su Centro Comunitario las secuencias que suceden en el Instituto.
En los títulos de crédito finales de Scream puede leerse: «Ningún agradecimiento al Consejo Escolar de Santa Rosa».
Es significativo cómo el trabajo de localización puede estropearse por hechos ajenos a la producción de una película y, sobre todo, la intervención de lo real en la ficción, cómo un crimen impidió que se filmase en un edificio, solo en ese edificio, porque el resto de Scream se rodó en un pueblo que ha servido como plató en numerosas ocasiones, --según el imdb, cerca de seiscientas-- entre ellas para películas tan diferentes entre sí como La sombra de una duda, Pollyanna, Viernes 13 Parte V: Un nuevo comienzo y Cujo, aunque en estas tres últimas figurasen ser los pueblos ficticios de Harrington en Vermont, Crystal Lake en Nueva Jersey y Castle Rock en Maine, respectivamente.
Por cierto, pueden ver Scream: The Inside Story en YouTube, doblada al español, pero les recomiendo que no pierdan su tiempo haciéndolo, porque es como un making of estirado y con muy poco interés.
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