En las últimas entradas de este blog se han ido mencionando una serie de reseñas, artículos y críticas del libro El intruso electrónico: La TV en el espacio arquitectónico, como los publicados en El País, La Provincia, Fotogramas, Imágenes de Actualidad y Dirigido por..., ahora hay que añadir la crítica que ha aparecido en el último número de la revista Caimán Cuadernos de Cine -una publicación cuyos contenidos se han comentado muchas veces en este blog- escrita por su director Carlos F. Heredero y que reproduzco a continuación:
Jorge Gorostiza, un riguroso historiador cinematográfico que viene de la arquitectura, se adentra esta vez en territorio virgen para hablar de los vínculos e interdependencias entre el aparato reproductor televisivo (su mueble, sus antenas, sus cables, su ubicación fuera o dentro del hogar) y el espacio de la vida cotidiana, las relaciones familiares y las determinaciones sociales condicionadas por aquel.
El feliz resultado, un estudio del reflejo de esas relaciones en los medios de comunicación y en la publicidad de la primera época de la televisión, nos ilustra cómo "los ámbitos arquitectónicos e la realidad fueron irremisiblemente afectados por la ficción que se había introducido en los espacios más íntimos y sagrados, transformándolos de un modo insospechado hasta entonces". Esta originalísima radiografía se enriquece con breves y pudorosas intrusiones en la memoria autobiográfica y familiar del autor, pero se ensombrece un poco por la descuidada y poco profesional edición de Newcastle (llena de erratas), frente a la que resiste bien, pese a todo, la brillantez del texto.
No puedo dejar de comentar que el único responsable de todas las erratas que hay en el libro soy yo, primero porque seguro que las cometí cuando escribí el texto y segundo porque me cuesta muchísimo volver a leer lo que he escrito y fui incapaz de corregirlo cuando me lo solicitaron desde Newcastle.
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