Cartel de la película |
Hace unos días recibí un correo electrónico de Jesús Palacios en el que me recomendaba una película que yo no había visto, ni conocía. El texto del correo es el siguiente:
«Walled In es un interesante, logrado e incluso fascinante thriller de horror y arquitectura, una de mis combinaciones favoritas, dirigido por el siempre eficaz Gilles Paquet-Brenner (Lugares oscuros, La casa torcida), con un atractivo reparto y protagonismo absoluto de un edificio impresionante, uno de los más alucinantes y extraños "bad places" visto en pantalla.
Coproducción fundamentalmente francesa aunque rodada en Canadá, adapta una novela de Serge Brussolo, uno de los más prolíficos y profesionales autores de horror, ciencia ficción, thriller y fantasía franceses (¡Dios mío, sí, lo diré: "el Stephen King francés", merdre!), y mantiene el interés desde su angustioso prólogo hasta su final, conduciendo al espectador por meandros tan retorcidos como los de su edificio neogótico egipcio post-industrial, que pasan por la casa maldita y sus fantasmas, el misterio ocultista, la comunidad de vecinos claustrofóbica y paranoica, el psychothriller cargado de sexo turbio y obsesiones (que incluyen voyerismo e incesto) e incluso el splatter. Toda una sorpresa para amantes del género del locus horribilis o locus erebus».
Recibir recomendaciones como esta, es una de las ventajas de tener amigos críticos que ven muchas películas. Aún no he podido verla, pero es suficiente que le interese a alguien como Jesús, para publicar su texto en este blog y recomendarla yo también a todos aquellos a quienes les interesan las relaciones entre cine y arquitectura.
El inquietante edificio donde se desarrolla el argumento de Walled In |
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