Hay veces que he incluido en este blog artículos en los que no se relacionan el cine y la arquitectura, sino que son sólo hablando de temas cinematográficos. Este es uno de ellos.
Por casualidad, o por alguna extraña conjunción planetaria, Sandra González me llamó para que fuera presidente del jurado de la primera edición del movilfestenerife, que se celebrará, dentro de unos días, entre el 4 y el 7 de noviembre, y del que incluyo su cartel con una estupenda fotografía de Alexis W. También me pidió que escribiera un textito para el catálogo del Festival, que titulé «De instrumentos y fines», que escribí a toda velocidad y que reproduzco entero -no como otras veces que sólo reproduzco fragmentos de algunos artículos- a continuación:
En los últimos años se suele confundir a los instrumentos con el uso que se les puede dar y los resultados que se pueden obtener con ellos, olvidando que lo realmente importante es cómo se usan. Si a esto se suman unos conceptos obsoletos sobre el mundo de la imagen en movimiento, se llega al callejón sin salida que caracteriza a muchos cineastas y críticos, entre ellos, quienes creen que pueden crear opinión en los medios de comunicación.
Parece así que quien emplea un bolígrafo para mostrar lo que quiere expresar, es menos artista que el pintor que mancha un lienzo con sus óleos. Algo que puede extrapolarse a otros ámbitos, así quien publica un libro en papel, por muy penosos que sean el texto y/o la editorial, es más importante que un blogero, cuyas ideas además tendrán mucha más difusión y muchos más lectores que los del libro. Si nos referimos a la imagen en movimiento, una película que se estrene en un cine, a pesar de que las salas estén vacías y la cinta sea un horror, parecerá más importante que unas imágenes "colgadas" en Internet.
Parece así que quien emplea un bolígrafo para mostrar lo que quiere expresar, es menos artista que el pintor que mancha un lienzo con sus óleos. Algo que puede extrapolarse a otros ámbitos, así quien publica un libro en papel, por muy penosos que sean el texto y/o la editorial, es más importante que un blogero, cuyas ideas además tendrán mucha más difusión y muchos más lectores que los del libro. Si nos referimos a la imagen en movimiento, una película que se estrene en un cine, a pesar de que las salas estén vacías y la cinta sea un horror, parecerá más importante que unas imágenes "colgadas" en Internet.
Es evidente que el instrumento, ya sea un bolígrafo, un blog o, por qué no, un teléfono móvil, es sólo un medio que sirve para conseguir un fin.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define teléfono como «conjunto de aparatos e hilos conductores con los cuales se transmite a distancia la palabra y toda clase de sonidos por la acción de la electricidad», la verdad que en pleno siglo XXI lo de «hilos» suena bastante extraño, pero se ha añadido otra acepción: «teléfono móvil», definida como «aparato portátil de un sistema de telefonía móvil», cualquiera que tenga un móvil -o sea casi todos- sabrá que su aparato tiene muchos más usos que sólo su capacidad de ser portátil y además todas ellas, integradas en un solo aparato, se denominan con su nombre original, así tendrá, por ejemplo, Calculadora, Radio, Grabadora y, por supuesto, Cámara para obtener tanto imágenes fijas, como en movimiento.
Por lo tanto, cuando se habla de una película "hecha" con un teléfono, en realidad se está hablando de una película grabada con una cámara, alojada en un aparato con muchas funciones, con el que también es posible hacer cálculos matemáticos, oír las emisoras de radio, grabar sonido, recibir noticias a través de Internet y, como no, transmitir a distancia la palabra, toda clase de sonidos, -la función principal de los antiguos aparatos- y además imágenes.
Las únicas diferencias con otras cámaras son su tamaño, la facilidad de su uso y, por supuesto, su definición, que evidentemente dificulta la proyección de las películas en grandes pantallas, lo que muchas generaciones conocimos como Cine y los nostálgicos creen que es la única manifestación de la imagen en movimiento, cuando sólo es una de ellas y además en regresión.
Volviendo al inicio, es evidente que el instrumento no tiene importancia, lo fundamental son los fines que se quieren lograr con ese instrumento y, sobre todo, el talento que se tenga para llegar a esos fines. Desgraciadamente quien no tenga algo que contar dará lo mismo que tenga en sus manos una cámara para proyectar en un IMAX o un móvil, porque el resultado será el mismo: un auténtico desastre.
Posteriormente a la publicación de este post, Nana García del Diario de Avisos me llamó al móvil y me preguntó una serie de cuestiones, extractó algunas de las incoherencias que le dije y elaboró una noticia que enlazo aquí.
Posteriormente a la publicación de este post, Nana García del Diario de Avisos me llamó al móvil y me preguntó una serie de cuestiones, extractó algunas de las incoherencias que le dije y elaboró una noticia que enlazo aquí.
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