En la entrevista que reproduje en la anterior entrada, hay una relación de las características generales que tienen los arquitectos que aparecen como personajes en las pantallas cinematográficas, relación que hice de memoria, sin contrastarla y de una forma demasiado osada. Para evitar los comentarios que han ido apareciendo en algunos lugares, como el facebook, y malos entendidos, copio el final de mi libro La imagen supuesta, editado por la Fundación de la Caja de Arquitectos en 1997:
Los arquitectos en el cine son independientes, tienen la posibilidad de desplazarse a otro lugar cuando lo deseen, al tener un horario flexible ya que no estan sujetos a obligaciones laborales, aunque tengan una gran dedicación a la profesión, casi siempre obligados por unos clientes absorbentes, que los hacen descuidar su vida familiar.
Los arquitectos en el cine son independientes, tienen la posibilidad de desplazarse a otro lugar cuando lo deseen, al tener un horario flexible ya que no estan sujetos a obligaciones laborales, aunque tengan una gran dedicación a la profesión, casi siempre obligados por unos clientes absorbentes, que los hacen descuidar su vida familiar.
Su trabajo los hace ser ingenuos y extraños en un mundo normalmente violento que les rodea. Están poco preparados para la acción, hasta que son obligados a tomar la decisión de intervenir en unos sucesos que contrastan con su profesión.
Las diferencias que los caracterizan frente a otras profesiones en el cine, vienen marcadas también por unos conocimientos profesionales especiales y algo misteriosos, una mezcla de sensibilidad y técnica que les hace tener una responsabilidad tan importante y notoria, que inspira confianza en su entorno inmediato.
En general los arquitectos son los personajes positivos de las narraciones, entre ellos casi no hay malvados y llevan una vida ejemplar, jalonada tan solo por algún desliz que, en el cine, se puede considerar humano.
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