No sabía que las alertas de Google funcionaran tan bien, ayer recibí una donde me indicaban que mi nombre aparecía en La Voz Digital de Cádiz. Me extraño, pero luego pensé que podría referirse al artículo que escribe cada sábado el arquitecto Julio Malo de Molina en el diario La Voz de esa ciudad y cuyo enlace me envía siempre a través de un mensaje de facebook. Lo curioso es que cuando recibí la alerta, Julio aún no me lo había mandado, aunque lo hizo luego, el día que se retrasa es cuando me menciona, quizás por culpa de algún lapsus freudiano. Lo importante es su texto, que copio a continuación, porque es muy apropiado para este blog:
El suceso cinematográfico del año ha sido la película surcoreana Parásitos que tras recibir una cascada de premios y gran afluencia de público arrasa sorprendentemente en la reciente edición de los Oscar. El cineasta Bong Joon-Ho construye una historia en torno a la lucha de clases en un país en el cual las diferencias resultan escandalosas, abismo social que escenifican de forma expresiva dos casas bien distintas. Los cuatro componentes de la familia pobre se cobijan en un semisótano en el que han de recoger los orines que rebosan por la única ventana que asoma a un estrecho adarve, mientras capturan wifi de locales comerciales próximos para sus imprescindibles celulares. La mansión donde habita la familia del empresario señor Park aparece como una bellísima construcción en la línea de la vanguardia moderna japonesa, amplios espacios caracterizados por el uso expresivo del hormigón visto, el vidrio y bellas maderas, con hermoso jardín oriental entre masas boscosas. La trama responde a pautas comerciales al modo americano, enriquecida con la ironía cruel de Quentin Tarantino. El grupo de los pobres se infiltra de forma pícara en el servicio doméstico de los Park, y tras una serie de peripecias se desata una grotesca tragedia cuando el chófer descubre la repugnancia que siente su jefe al percibir el olor de la pobreza.
Gran parte de la acción transcurre en la casa Park de la cual se dice que había sido diseñada por su anterior propietario, el arquitecto Namgoong, un nombre ficticio porque en realidad esa bella construcción racionalista no es más que un decorado completamente abierto construido en un terreno al aire libre.
La arquitectura es uno de los objetos del cine porque las historias se desenvuelven entre espacios construidos, incluso en el medio natural, que también se encuentra arquitecturizado. Jorge Gorostiza, arquitecto y exdirector de la filmoteca canaria acaba de publicar Construcciones filmadas: 50 películas esenciales sobre arquitectura (Barcelona 2019), tras una larga serie de libros sobre ambas disciplinas. En casi todas las películas se pueden ver arquitecturas y el autor ha elegido clasificarlas en seis temas: la profesión, las obras en construcción, los edificios existentes, construcciones creadas para aparecer en películas, otras arquitecturas que solo pueden verse en el cine, y por último, cómo la imagen en movimiento muestra la arquitectura de un modo específico.
El manantial de King Vidor (1949), basada en la novela de Ayn Rand, se supone inspirada en la vida de Frank Lloyd Wright, el arquitecto americano más importante para entender la transición desde el historicismo al movimiento Moderno, invitación a la vocación profesional para jóvenes que ven a Gary Cooper una valiente apuesta por la vanguardia. Excelente caricatura de la casa moderna, frente a la casa fenomenológica, dibuja Jacques Tati en Mon Oncle que obtuvo el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1958. En Psicosis (1960), Alfred Hitchcock recrea una casa procedente de un cuadro de Edward Hooper quien también inspira otras películas de este director como Extraños en un tren o La ventana indiscreta. Woody Allen nos muestra las arquitecturas de Nueva York en Annie Hall y Manhattan. Bernardo Bertolucci describe la Ciudad Prohibida de Pekin en El último emperador. La sobria arquitectura nacional del socialismo alemán de los años cincuenta aparece en Good Bye Lenin, mientras los helicópteros la sobrevuelan transportando esculturas de bronce del líder revolucionario. Pulp Fiction inspirada en el cómic, con las opulentas arquitecturas de la costa oeste americana.
Las últimas películas que menciona no aparecen en Construcciones filmadas, aunque Manhattan sí fue una de las que elegí para mi anterior libro publicado por la UOC, Panorámicas urbanas: 50 películas esenciales sobre la ciudad,, por considerarlo más representativo de una urbe, Nueva York en este caso, que de la arquitectura.
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