En varias ocasiones he escrito en este blog sobre Frank Lloyd Wright, un arquitecto que fue capaz de crear unos edificios singulares, que además tuvo una vida azarosa y una forma de comportarse que lo convirtió en uno de los primeros "starchitects", una estrella de la arquitectura junto a Le Corbusier y otros pocos profesionales de las primeras décadas del siglo pasado, famoso gracias a su trabajo y, sobre todo, por su capacidad para auto publicitarse en muchos medios de comunicación.
Hace siete años, escribí también en este blog sobre un anuncio que apareció en la prensa española con la efigie de Zaha Hadid, ahora en unos números de las revistas Sponsor y Broadcasting del año 1961, he encontrado en ambas un anuncio a toda página de la emisora de radio y televisión WFAA de Dallas, con la venerable efigie de Wright, con ese sombrero parecido al que usaba Buster Keaton, acompañada de lo que parece ser un muro de piedra y una regla en forma de T, que se usaba adosada al borde las mesas para dibujar líneas rectas. El texto de estos anuncios es el siguiente:
Saber hacer. La perseverancia y la fe en un nuevo concepto son los elementos básicos que ayudan a crear el progreso. Frank Lloyd Wright creía en el concepto arquitectónico de que la forma debe seguir a la función. Y su perseverancia frente a una fuerte oposición fue justamente recompensada. Hoy su gran "saber hacer" se refleja en más de treinta estados. En todas las facetas de nuestro mundo empresarial actual, resulta evidente que aquellas empresas que utilizan plenamente su "saber hacer" colectivo son las que justamente se recompensan con los nuevos negocios que crean.
Wright falleció en 1959, por lo que evidentemente, no se le puede acusar de emplear su imagen para promocionarse, si este anuncio le sirvió a alguien sería a los responsables de su estudio de arquitectura, que siguió funcionando tras su muerte. Ante todo sorprende la relación que podría existir entre el arquitecto y una emisora de radio y televisión, pero su texto es interesante, porque reafirma la imagen de Wright como el modelo del artista incomprendido y soñador, que sufre mucho por su actitud vanguardista, pero termina triunfando, un modelo del "self made man", del hombre hecho a sí mismo, un mito que tanto divulgaron las novelas y el cine estadounidenses y uno de cuyos arquetipos más conocidos es el Howard Roark de El manantial, tanto en el tomazo de Ayn Rand, como en la película excepcionalmente bien dirigida por King Vidor.
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