El crítico estadounidense P. Adams Sitney ha estado España, primero en Pamplona en el Festival Punto de Vista, después en San Sebastián en la Elias Querejeta Zine Eskola, y por último, en Madrid, donde ha impartido un seminario y dos conferencias en el Museo Reina Sofía. El sábado pasado, se publicó en Babelia un artículo escrito por Manuel Asín sobre este investigador, que comienza describiendo una sala de cine muy especial:
Los Anthology Film Archives de Nueva York dieron un nombre curioso a su primera sede: Invisible Cinema. La sala estaba diseñada para obtener las que sus fundadores consideraban las condiciones idóneas de proyección. Severamente pintada de negro, la oscuridad más completa solo que-daba alterada por la pantalla blanca y las inevitables luces de emergencia. Sus 90 butacas, también negras, tenían respaldos altos y una especie de orejeras que preservaban de nucas y antebrazos intrusos. Cada espectador ocupaba un cubículo, dando un nuevo sentido a la peculiar forma de soledad promiscua que caracteriza aún hoy a los espectáculos cinematográficos. Los más asiduos experimentaban sensaciones de flotación, onirismo y profundo ensimismamiento. Y tal vez estas no se debían solo al contenido iconoclasta de la programación».
Seguramente este es el tipo de local con el que hemos soñado todos los aficionados al cine.
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