Portada del nº 64 [115] octubre de 2017. |
En una secuencia de esta película, la protagonista, Marian Álvarez, entra en un bingo y Jara le pregunta: "¿En qué sentido le interesan esos no-lugares en los que el personaje se enfrenta a una realidad que le es extraña y en cierto modo agresiva?", el director responde: "Estéticamente son espacios que me parecen atractivos, y efectivamente me gusta romper a través de ellos con la paleta de color del film. Pero también son microcosmos que me gusta observar, porque tienen que ver con un tipo de diversión que no está tan claro que sea divertida o que igual no lo es para una persona concreta en un momento determinado. Como el libro de David Foster Wallace, Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer. En el caso del bingo, además, y tangencialmente, es también algo autobiográfico. Son momentos en los que sientes que tu tiempo no encaja con el resto de la gente y se produce una fisura".
No-lugares que siempre han fascinado a los cineastas y a algunos arquitectos, y que proliferan actualmente como si se tratar de una epidemia descontrolada.
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