Biblioteca del British Film Institute |
La última vez que visité la ciudad fue hace más de treinta años y, por supuesto, ha cambiado mucho -sobre todo y de una forma terrible su skyline-, pero también, como otras ciudades, por el aumento de pantallas que se han colocado en las vías públicas, anunciando todo tipo de productos, así como películas -en la mayoría de ellas Rogue One-, musicales y obras de teatro, como dato cinéfilo se debe mencionar que en un teatro estaban en escena Ed Harris y su mujer Amy Madigan, y en otro Ian McKellen y Patrick Stewart.
Centrándome más en el tema, en el London Film Museum -en realidad más que un museo es una exposición sobre las películas de James Bond- se pueden ver estupendos dibujos del gran Ken Adam, que son interesantes incluso aunque puede que no sean originales, en ese mismo espacio hay también bocetos de decorados, algunas maquetas, story boards y objetos de atrezo, así como la mayoría de los automóviles que han aparecido en las películas de 007.
Todo aficionado al cine ha de visitar el British Film Institute, que tiene una programación envidiable, una buena librería en la que además se venden muchos DVD -una curiosidad, mientras estuve en ella se podía ver una película rodada en Canarias, concretamente en la isla de La Palma-, un restaurante, una cafetería, una zona pequeña para exposiciones, una videoteca, un lugar para oír entrevistas con cineastas y una estupenda biblioteca, tan bien dotada que hay cinco de mis libros, es curioso que uno de los bibliotecarios se acercó a preguntar si quería algo y no pude evitar decirle que estaba muy sorprendido de que hubiera libros míos en sus fondos, entonces me dijo si no me importaría dedicarle alguno al bfi, lo hice y me pidió sacarme una fotografía con el libro para colgarla en el twitter de la institución, pensé que era una broma, pero accedí y se puede ver aquí.
En Londres siempre es recomendable ir al Victoria and Albert Museum, su sala dedicada a arquitectura no es muy grande, pero tiene maquetas y planos interesantes; la de teatro y artes escénicas es más completa, con varios teatrinos con escenografías curiosas y para los mitómanos, el Óscar que ganó Paul Scofield por Un hombre para la eternidad y un smoking que perteneció a Fred Astaire con el que se puede comprobar como se engrandecía en las pantallas.
Es interesante ir al Royal Festival Hall y no sólo para una asistir a una actuación, sino también para comprobar como un gran edificio, bien diseñado, puede usarse durante todo el día, con actividades para niños, una exposición, una biblioteca y varias cafeterías. Lo cierto es que muchos auditorios diseñados por arquitectos estrella -sí, también el que ahora es objeto de todos los ataques- solo los usa el público para las actuaciones, aunque muchas veces tampoco sean muy funcionales para estas actividades.
Una última acotación, no vayan al Cinema Bookshop, porque ya no existe, pero si quieren comprar libros de cine y/o de arquitectura baratos de segunda mano no dejen de ir a Henry Pordes y, sobre todo, a Skoob Books.
Siempre es estimulante visitar una gran ciudad, porque se viven nuevas experiencias y surgen ideas, Londres no es una excepción.
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