Los ponentes en el debate final |
El pasado jueves 16 de junio se celebró la jornada MAE + CINE, Arquitectura tras la pantalla, que organicé por encargo de la empresa Matimex en Castellón. Allí nos reunimos una serie de arquitectos con cineastas para hablar sobre nuestras respectivas disciplinas y sus relaciones.
Tras las palabras de bienvenida del Director General de Matimex, Juan Luis Grafulla, empezó la jornada con la sección denominada Plano General, en la que Fernando Colomo, respondiendo a mis preguntas, habló sobre sus conocimientos adquiridos en la Escuela de Arquitectura y en la profesión de arquitecto, aplicados al cine, después él mostró sus preciosos "storyboards", para explicar dos secuencias de su película La banda Picasso en las que resolvió problemas gracias a su dominio del espacio; tras esta intervención, el profesor Antonio Pizza impartió su conferencia «Cine, ciudad y arquitectura», en la que habló sobre los orígenes del cine relacionados con las ciudades y cómo éstas fueron aparecieron en las pantallas. La siguiente sección se denominó Plano Medio,
y en ella Antxón Gómez con el título «El diseño escenográfico. Espacios de ficción», contó sus extraordinarios trabajos en las dos películas que dirigió Steven Soderbergh sobre Che Guevara y en Los amantes pasajeros, sobre todo referido al avión donde se desarrolla la mayoría de su argumento. Antes de seguir con la tercera parte del evento,
los asistentes y los ponentes disfrutamos de una «Gastro Experience» titulada
«Saborear el cine», es decir, un almuerzo excelente con temática cinematográfica. La última parte, ya por la tarde, se tituló Primer Plano y contó con dos conferencias, la primera mía, «Villanos y héroes. Los arquitectos a
través de la ficción», que, como ya indica su título, trató sobre los arquitectos de ficción y reales en las pantallas, y la segunda de Fredy Massad, «Mapas de las estrellas. Los arquitectos a través del documental», en la que, tomando como base la película de Cronenberg, habló sobre las estrellas de la arquitectura y su representación gracias a documentales casi siempre hagiográficos. La jornada acabó con un debate con todos nosotros en la que hubo bastantes preguntas de los asistentes.
No se debe olvidar que sobre unas extraordinarias piezas cerámicas se habían dispuesto una serie de fotografías que bajo el título «Peldaños de cine:
Escaleras y su simbolismo cinematográfico», trataba sobre este elemento arquitectónico en las películas, con textos de Gemma Vidal.
En el tríptico que se editó para dárselo a los participantes se publicó un texto escrito por mí: «Cuando se habla o se escribe sobre cine y arquitectura, parece que hay una única relación entre ambas, sin embargo, hay muchas distintas y algunas fundamentales, no cabe duda que es imposible filmar una película sin que haya espacios y la arquitectura crea espacios, también es indudable que no se entendería la arquitectura de nuestro siglo sin las influencias que ha recibido de la imagen en movimiento. Otras relaciones se establecen entre cine y ciudad, entre arquitectura y escenografía cinematográfica, incluso en referencia a la profesión arquitectónica, cómo los documentales han reflejado la visión de las estrellas –un término cinematográfico- de la arquitectura y cómo es la forma en que el cine, y por tanto la sociedad, ha descrito a la profesión a través de películas donde un personaje figura ser arquitecto. Lo cierto es que en este siglo XXI hay una hegemonía de la ficción sobre la realidad, gracias a su “ficcionalización” propiciada por las múltiples pantallas que rodean al ser humano cotidianamente. La cuestión ahora es saber si el cine le ha ganado la partida a la arquitectura o ha sido al revés».
En resumen, una jornada que hubo de comprimirse, por culpa de la huelga de RENFE, pero muy satisfactoria para todos los interesados en las relaciones entre cine arquitectura y ciudad.
En el tríptico que se editó para dárselo a los participantes se publicó un texto escrito por mí: «Cuando se habla o se escribe sobre cine y arquitectura, parece que hay una única relación entre ambas, sin embargo, hay muchas distintas y algunas fundamentales, no cabe duda que es imposible filmar una película sin que haya espacios y la arquitectura crea espacios, también es indudable que no se entendería la arquitectura de nuestro siglo sin las influencias que ha recibido de la imagen en movimiento. Otras relaciones se establecen entre cine y ciudad, entre arquitectura y escenografía cinematográfica, incluso en referencia a la profesión arquitectónica, cómo los documentales han reflejado la visión de las estrellas –un término cinematográfico- de la arquitectura y cómo es la forma en que el cine, y por tanto la sociedad, ha descrito a la profesión a través de películas donde un personaje figura ser arquitecto. Lo cierto es que en este siglo XXI hay una hegemonía de la ficción sobre la realidad, gracias a su “ficcionalización” propiciada por las múltiples pantallas que rodean al ser humano cotidianamente. La cuestión ahora es saber si el cine le ha ganado la partida a la arquitectura o ha sido al revés».
En resumen, una jornada que hubo de comprimirse, por culpa de la huelga de RENFE, pero muy satisfactoria para todos los interesados en las relaciones entre cine arquitectura y ciudad.
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