Cartel diseñado por Bárbara Roverssi |
Las dos semanas pasadas he estado en Costa Rica. Se puede escribir mucho sobre un país con muchos aspectos admirables, como no tener ejército ni cazadores, pero quizás lo que más asombra al visitante, además de su exuberante naturaleza, sea la amabilidad y la educación de los costarricenses.
Estuve allí para trabajar, invitado por el arquitecto José Enrique Garnier, profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica. Fueron días muy intensos y agotadores, el programa del seminario comenzó el lunes 22 con una conferencia en el Auditorio de la Escuela de Estudios Generales; el martes, miércoles y jueves impartí tres clases de dos horas cada una en el Auditorio de la Escuela de Arquitectura; el viernes por la mañana una clase a los alumnos de José Enrique, y por la noche, la presentación de Los Blandings ya tienen casa que elegí para finalizar el Seminario.
A todo esto se añadió otra conferencia, esta vez en el Centro Español en un curso sobre "curadoría" en el que expliqué la enorme importancia de los directores artísticos españoles en el cine español y la exposición que se organizó en 1999 en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid sobre su trabajo.
No quiero olvidar que también me hicieron tres entrevistas, para el combativo Semanario Universidad, para la revista digital arquis y para la revista del Colegio de Arquitectos, Habitar.
Como siempre, intenté aprender de todas las personas a las que conocí y aunque es seguro que se me olvida alguna, no quiero dejar de mencionarlos aquí, El compositor Marvin Camacho; la profesora Cruz Prado y su esposo el burgalés Francisco Gutiérrez, jubilado y jubiloso, directores de un máster con alumnos de todo el mundo; el importante escritor estadounidense Morris Berman, que estaba alojado en la casa de estos últimos; la investigadora cinematográfica Carolina Sanabria; el cineasta Jurgen Ureña; la "curadora" Susan Campos; y la directora del fundamental Fondo de Fomento al Audiovisual, Cinergia, María Lourdes Cortés. No quiero olvidar a Elizabeth y a otros arquitectos del Colegio y de la Escuela como su actual director Olman Hernández y el incisivo Jorge Grané, así como a los comprometidos y trabajadores colaboradores del Seminario y sus alumnos, algunos de los cuales hicieron preguntas muy interesantes y de los que es posible esperar magníficas investigaciones sobre las relaciones entre cine arquitectura y ciudad.
Antes de finalizar, otra recomendación la Librería Nueva Década, muy bien surtida y con muchos libros a precios increíbles.
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No debo olvidar que José Enrique Garnier pretende hacer una muestra de arquitectura y cine dentro de unos años, que seguro será un éxito, donde los costarricenses y los invitados del extranjero podrán debatir sobre las principales cuestiones que afectan a todos los profesionales y usuarios de la arquitectura y el urbanismo.
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