02 agosto 2013

Cine y Arquitectura frente a la crisis

Cartel del FICARQ
Ya he escrito en otras ocasiones sobre el FICARQ, el Festival Internacional de Cine y Arquitectura de Avilés, hoy he visto que en su página han puesto un enlace a un artículo anónimo titulado «Cine y arquitectura hermanadas frente a la crisis», en él su autor toma datos e ideas de mi conferencia y de lo que dije en la mesa redonda posterior, sin mencionarme (lo cual no tiene importancia) y luego cita algunos textos con mi nombre. El artículo tiene algún pequeño error (creo que Antonioni no rodó películas en Venecia) pero en general está bien y puede ser interesante, por eso lo reproduzco a continuación:

«Mientras las salas desaparecen, la arquitectura pasará a edificios más modestos», opinan cineastas y arquitectos en Avilés. El cine y la arquitectura siempre han ido de la mano. Si las películas desarrollan e interpretan las ciudades, los edificios y sus cambios, ambas disciplinas también se están modificando actualmente a causa de la crisis. De la misma forma que las salas de cine se hacen cada vez más pequeñas (cuando no desaparecen), «la arquitectura se separa ya de las grandes obras estrella para hacer edificios más modestos o reparar lo que hay». Así lo han puesto de manifiesto profesionales de ambos ámbitos en Festival de Cine y Arquitectura de Avilés, primer certamen de esta especialidad que se desarrolla en España.
Hay ciudades de película en títulos incontables, desde Blade Runner a Matrix (rodada en Sidney) que han recreado la arquitectura para convertirla en ficción. Y también hay escenarios reales que se transforman en el cine. Por ejemplo, un clásico del cine español como Calle Mayor, que podía ser cualquier ciudad de la época, en realidad se rodó en Logroño, Palencia y Cuenca. Hay ciudades emblemáticas, como Venecia, que el cine ha retratado -los arquitectos dicen que Antonioni lo hacía como nadie-, o bien edificios conocidos que han servido de base para adosarles otros ficticios. En este sentido, el arquitecto e investigador cinematográfico Jorge Gorostiza reivindica también la labor de los escenógrafos y directores artísticos, como Gil Parrondo, constructores de la ficción. En suma, cine y arquitectura no sólo tienen incontables relaciones -hay 1.400 películas con un personaje como arquitecto- sino que evolucionan juntos al compás de la sociedad. 

Y, cómo no, la crisis también ha afectado a ambos sectores de manera especial, según han puesto de manifiesto diversos especialistas en Avilés. «El cine como lo hemos conocido hasta hoy  no existirá en el futuro. Cada vez desaparecerán más salas, o se convertirán en teatros subvencionados para eventos. Pero eso no quiere decir que muera la imagen en movimiento, que cada vez es más barata» señala Gorostiza. Por otro lado, prosigue, la arquitectura también se modifica con la crisis. «De las grandes construcciones o las obras estelares se está pasando ya a edificios más modestos y a recuperar inmuebles antiguos. Pero eso no es malo, sólo diferente».

Esta opinión también la comparte el arquitecto y director de cine holandés Jord den Hollander, director del Festival de Cine y Arquitectura de Rotterdam e impulsor de esta clase de certámenes en el mundo. Para este profesional, ambas son las artes más públicas. «Cine y arquitectura son narraciones porque detrás de cada proyecto arquitectónico hay una historia que contar». Hollander está trabajando como arquitecto en proyectos relacionados con el agua, desde diques a casas y hasta bibliotecas flotantes. Como director, trabaja en una serie de televisión en la que se trata de construir arquitecturas en base a dibujos de niños».

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