Cubierta del libro |
Hace muy poco que un conocido me descubrió el libro Otras ciudades posibles: Visiones críticas de la metrópoli contemporánea, escrito por José Miguel G. Cortes y editado por la Generalitat Valenciana a través del IVAM.
Ya había leído artículos y otros libros de Cortés y, de hecho, su Orden y caos: Una historia cultural sobre lo monstruoso en el Arte nos sirvió para esclarecer varios aspectos sobre la obra de David Cronenberg.
Otras ciudades posibles tiene una introducción titulada: «Ciudad total, imagen global» y los siguientes capítulos: «Las derivas por México D. F. de Francis Alys»; «El cuerpo fragmentado o el Hong Kong de Wong Kar-wai»; «El Londres antropomórfico de Gilbert and George»; «Los mapas de la memoria, Rogelio López Cuenca»; «Los Ángeles como documento: Thom Andersen y Ed. Ruscha»; «La ciudad atemorizada de Michael Haneke»; «Suburbios felices con Gregory Crewdson»; «Perdidos en el espacio urbano, Gus van Sant»; «El universo consumista de Andreas Gursky»; y «Hacia la aldea global, Jya Zhang-ke».
Debo reconocer que sólo he tenido tiempo de leer los capítulos dedicados a los cineastas y no puedo hacer una valoración global del libro, pero lo que he leído me ha parecido estupendo, incluso diría que fundamental para todo aquel que estudie las relaciones entre Ciudad, Cine y Arquitectura. He copiado tres fragmentos -podía haber elegido otros muchos- que me parecen muy interesantes.para hacer una reflexión profunda sobre lo que proponen:
«la arquitectura y la construcción de entornos urbanos no son un mero objeto sino una forma de representación que se compone de imágenes y textos; son creaciones culturales, ya que tanto el proceso de edificación como las formas planteadas expresan valores ideológicos y conllevan normas de comportamiento y relación que dotan de contenido muy específico a la ciudad» (pág. 41).
«el contenido metafórico de la arquitectura simultáneamente representa y enmascara sus asociaciones con el poder posibilitando modos dominantes de pensamiento y experiencia que, muchas veces, no son cognitivamente entendidos, pero sí internalizados» (pág. 119) .
«la ciudad es sobre todo un conjunto de significados, un cúmulo de vivencias, que no existen por sí mismas, sino que son producto de las prácticas que llevan a cabo las diferentes personas en un tiempo y en un espacio (urbano) determinado. Por esa razón, entiendo que hay que intentar deconstruir esa visión hegemónica de la ciudad que la ve como un espacio neutro y sin historia, y en la que subyace una concepción atemporal y deslocalizada que tiene la pretensión de crear categorías universales de validación» (pág. 144).
Totalmente recomendable, el libro se editó en este año y está agotado, según el catálogo del IVAM, pero con una generosidad poco común en estos tiempos, se puede descargar gratuitamente en este enlace.
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