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Detalle de captura de la secuencia de Megalópolis mencionada. |
Todavía no he escrito sobre sobre Megalópolis y su relación con la arquitectura --ni sobre The Brutalist--, aunque supongo que me animaré algún día a hacerlo, viendo la primera hace ya bastantes meses me resultó curiosa una secuencia que se desarrolla en una gran maqueta de Nueva York, sobre la que se han colocado pasarelas, en un momento, el millonario Hamilton Crassus III (Jon Voight) se resbala y para no caerse, se agarra a la parte superior del Empire State. No es casual que se eligiera a ese rascacielos, porque la imagen recuerda al Rey Kong subido en su cúspide antes de ser abatido, pero además, el que fuera el edificio más alto del Mundo, era y es, no solo uno los símbolos más conocidos de Nueva York, sino además del régimen económico y político de EE. UU. Por eso los espectadores, como ya he publicado en este blog, lo han visto derrumbarse en numerosas ocasiones, tanto por causas naturales, inundaciones y terremotos, como por criaturas más o menos monstruosas.  |
Cartel español de la película |
Hace muy poco descubrí una de las más extrañas de esas criaturas, la garra gigante (giant claw en versión original), protagonista de la película con el mismo nombre. que según la traducción del cartel español, que pueden ver al lado, es «una terrorífica bestia voladora de los cielos prehistóricos», aunque en el argumento no sean prehistóricos, ni el cielo, ni el monstruo.La garra gigante comienza como otras muchas de las cintas de ciencia ficción de aquella época, se suceden una serie de acontecimientos sangrientos que no se sabe quién o qué los está cometiendo, la pareja protagonista, a menudo un científico o un militar y una mujer muy bella con buenas condiciones para aullar cuando está amenazada, pero sin cualificación profesional, van descubriendo poco a poco al --o los-- causantes de estos desastres, tras la muerte de varios personajes secundarios sin demasiada importancia, finalmente el ejército estadounidense salva a la humanidad eliminado a los monstruos y/o extraterrestres. .jpg) |
El monstruo se come al Empire State. |
En esta película, la amenaza es una especie de ave que viene del espacio exterior, de otra galaxia calificada como «de antimateria», quizás por eso es invisible a los radares humanos e inmune a las balas de las ametralladoras y los misiles, por lo que puede destruir varios aeroplanos; aunque finalmente sea eliminada, pero antes pone un huevo en Canadá y pasa por Nueva York donde aprovecha para destruir el Empire State, pero no partiéndolo de una forma tan espectacular como muestra el cartel, sino de un modo bastante más chapucero, posándose en su cima y después picoteándolo, como si quisiere comérselo.Este ataque al patrimonio edificado no es lo único absurdo de esta película, porque lo más llamativo es el propio monstruo, con un aspecto completamente ridículo, mezcla de pavo y gallina. Según se ha escrito, lo iba a crear el conocido Ray Harryhausen, pero el productor de la película, Sam Katzman, no pudo pagarle lo que solicitó y se lo encargó a unos artesanos mexicanos que se dedicaban a construir marionetas, seguramente esta información que atribuía el horroroso resultado del ave a profesionales que no eran estadounidenses servía para quitarle responsabilidades a los técnicos de ese país.  |
Figura de resina. |
Es curioso que Joe Laudati un maquetista --él se autodenomina «escultor»--, haya creado una figura en resina de unos treinta centímetros de altura, que puede adquirirse aquí, con el monstruo sobre el Empire State, que llama la atención primero porque su creador --como es lógico-- le ha dado color, mejor, se ha inventado cómo serían sus colores, siendo bastante discreto en su elección pictórica, y además por algo más interesante respecto a las relaciones con la arquitectura, porque el monstruo está captado en el momento que derruye al rascacielos, pero partiéndolo del modo más espectacular, tal como está dibujado en el cartel, y no golpeándolo con su pico tal como fue creado en las imágenes originales de La garra gigante.Se podría escribir sobre muchas destrucciones del Empire State y otras edificaciones, que van más allá de su simple colapso, porque realmente lo que se está derruyendo es un símbolo de las creencias de quienes las construyeron.
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