07 marzo 2023

Las casas de Barbie

Hace once años escribí una entrada sobre la Barbie Arquitecta, ahora gracias a Design Taxi, he descubierto que la empresa Mattel Creations y la revista de arquitectura PIN-UP han publicado un libro titulado Six Decades of Dreams: An Architectular Survey; sus editores son Felix Burrichter y Whitney Mallett, diseñado por Ben Ganz, tiene textos, entre otras, de la comisaria Alexandra Cunnigham Cameron, la escritora Natasha Stagg, la novelista Elvia Wilkel crítico de arquitectura Ian Volner e incluso la arquitecta Beatriz Colomina; además se debe mencionar a la autora de todas las fotografías: Evelyn Pustka.
En este libro se estudian seis casas de Barbie de diferentes años --1962, 1974, 1979, 1990, 2000 y 2021--, como si fueran edificios construidos en su momento, aportando sus sencillos planos de plantas y alzados, y recogiendo además detalles de casi todo su mobiliario, comparándolo con muebles reales de esas épocas. 
1962
La que corresponde a 1962 fue el primer intento de crear un entorno arquitectónico para la muñeca; está formada solo por cuatro planos de cartón que representan el suelo y tres paredes de una única habitación, un apartamento mínimo, dedicado a cuarto de estar y dormitorio. Su mobiliario está compuesto por una cama sencilla --no hay sitio para nadie más en el lecho de la muñeca--, un sofá doble, una mesa, un sillón con reposa pies, una silla pequeña, una lámpara y un mueble con un televisor, todos ellos con patas de madera; también hay un armario para guardar bastantes trajes, un tocador y una estantería con libros, en la pared del fondo, el resto de los elementos, como un ventanal con tres estores, cuadros, y unos banderines, están dibujados sobre esas paredes. En esos elementos pintados destaca un cuadro en la pared del fondo que representa una casa victoriana, parecida a alguna de las que se comercializarían década después, así mismo son interesantes los banderines --en todos se puede leer «State»--, porque se ha escrito que demuestran que Barbie era universitaria, desconociendo completamente que entonces hasta los niños pequeños colgaban banderines en las paredes de sus habitaciones. Todo el conjunto es sobrio y moderno, con colores chillones y por su propia configuración podría ser un decorado cinematográfico, para la televisión o teatral.
1974
La segunda casa elegida en el libro salió a la venta en 1974, es mucho mayor, con tres plantas sostenidas por unos pilares cilíndricos y en medio un ascensor amarillo que las comunica; en la baja hay un espacio abierto y en el fondo, pintado sobre la pared se puede ver un jardín con una piscina, al lado está la cocina con una ventana a través de la que se ve un paisaje campestre; la planta intermedia es un salón con un sofá y un mueble con un tocadiscos encima, un televisor encastrado debajo y al lado de unas baldas con libros; la planta alta está ocupada por un dormitorio, otra vez con una sola cama, y al fondo puede verse parte de una bañera con una cortina para una ducha. La mayoría del mobiliario, ventanas, cortinas, cojines cuadros, macetas y lámparas, están pintados sobre las paredes, como sucedía con el modelo antes mencionado. Por primera vez la casa es un edificio con varias alturas y los colores chillones se reservan para el ascensor y algunos muebles, y empiezan a aparecer los rosas y tonos pastel que, como la superposición de las estancias, se seguirán usando en las siguientes viviendas; también hay que mencionar la aparición todavía discreta --casi oculta-- de un aseo, aunque con un único aparato sanitario, con una bañera.
1979
La tercera casa corresponde a la misma década de los setenta, a 1979, y tiene solo dos plantas, la superior está abuhardillada debajo de una cubierta a dos aguas, ocupada casi toda por grandes lucernarios; esta cubierta inclinada que parece de tejas y los maceteros con plantas le dan un aspecto más próximo a una casa de campo que las dos anteriores. En las paredes ya no hay ventanas ni muebles, ni elementos pintados como en las anteriores. 
El edificio es simétrico y sus dependencias a ambos lados del eje de simetría son iguales, por lo que no es obligatorio que sus usos estén predeterminados, pudiendo colocar mobiliario distinto donde se quiera, una libertad que daba más posibilidades a su propietario para que tomase decisiones decorativas, aunque en la mayoría de las ilustraciones, se muestre el dormitorio en la planta alta, mientras en la baja están la cocina, el comedor y el cuarto de estar, reproduciendo un modelo estándar en que la zona de día está debajo, siendo accesible y la de noche, más privada, en la superior.
1990
Los autores el libro no eligieron casas de la década de los ochenta y la siguiente ya es de 1990. Esta edificación, denominada Magical Mansion, tiene dos plantas, en la baja están el salón comedor, con un tresillo y una mesa circular con cuatro sillas, y en la alta hay un dormitorio y un aseo con una gran bañera y un lavabo con un espejo circular en lo alto, aunque todavía no se han atrevido a incluir un inodoro, ni un bidé. Las paredes tampoco tienen dibujos del mobiliario, ni otros elementos, sino solo los azulejos del cuarto de baño y unos papeles pintados con recargado motivos florales. La cubierta vuelve a ser de teja y, a dos aguas, pero esta vez con una terraza en uno de los faldones superiores. 
Sin duda, esta es una de las casas más adocenada y con menos inventiva de todas las que han ido produciendo, toda ella tiene el color rosa que ha caracterizado a la muñeca, y tanto el mobiliario, como los huecos --con dos bay windows incluidos-- imitan mal las formas clásicas, banalizándolas y consiguiendo que todo el conjunto sea un edulcorado pastiche  sin interés.
2000
La penúltima casa seleccionada es de 2000, vuelve a tener dos plantas, en la baja están la cocina y el salón, incluyendo el hogar de una chimenea, pero sin conducto de humos; y en la alta el dormitorio y un cuarto de baño, con solo una bañera y un lavabo, sobre el que hay un espejo ovalado. En esta edificación sus creadores se volvieron a acordar de que la muñeca tenía que acceder al piso superior y, como en la de 1974, incluyeron un ascensor, esta vez circular, situado en una esquina con un remate cónico, que sobresale de la cubierta, dándole a da a la casa un aire victoriano que la emparenta con los edificios embrujados de las narraciones terroríficas, aunque sus colores con los habituales tonos rosas y pasteles, pretenden eliminar connotaciones siniestras --si se olvida que todo el universo de la muñeca es bastante inquietante--. El estilo formal de esta edificación es similar al de la anterior, pero depurando sus elementos, lo que logra una pequeña mejoría respecto a la de diez años antes.
2021
La última vivienda elegida es de 2021 y, dentro de la mediocridad general de todas ellas, tiene un poco más de interés. Otra vez dispone de tres plantas, la baja vuelve a estar destinada a cocina, comedor y cuarto de estar, con un televisor con una gran pantalla, en un extremo hay un pequeño jardín y una piscina a la que llega un tobogán que parte de la planta superior; donde está el dormitorio, con literas y un cuarto de baño con una ducha --parece que ya no caben las bañeras quizás porque son incorrectas por gastar mucha agua--, un lavabo encastrado y una novedad: un inodoro; en 
la planta más alta hay una pérgola que no ocupa toda la cubierta, sobre un espacio que parece dedicado a las fiestas, porque en él hay un equipo de música con platos y dos altavoces grandes, farolillos e incluso una esfera giratoria con espejos, como las de las discotecas. En un lateral de la edificación se ha instalado un ascensor adaptado para sillas de ruedas, transparente con paramentos de color --como no-- rosa. Se debe mencionar que la muñeca Barbie diseñadora de interiores, que por cierto tiene una pierna ortopédica --no se sabe si a causa de un accidente laboral-- tiene como accesorio una tableta en la que puede verse esta casa.
Como antes se decía, el universo de la muñeca es bastante inquietante, con ese afán de perfección en sus vestuarios y complementos, así como con una belleza codificada; aunque en los últimos años, para evitar esas características, se han incluido barbies con tallas, razas y rasgos físicos diferentes, pertenecientes además a profesiones "empoderadas", adecuándose a los dictados de lo "políticamente correcto". Pero no debe olvidarse que los diseños de sus casas --a pesar de ser juguetes---, no son inocentes, no se reproducen las viviendas habituales de los seres humanos comunes y corrientes, sino que las edificaciones se convierten en objetos de deseo para niñas y en modelos de aquello a lo que deben aspirar en su futuro: riqueza, belleza, glamur... estereotipos que en conjunto sirven para promocionar un tipo de vida y unas actitudes determinadas, que coinciden con las directrices y la propaganda promulgada por el establishment.

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