Arthur Max |
Estoy escribiendo un artículo sobre la ciudad en Se7en y buscando información sobre su diseñador de producción, el gran Arthur Max, he encontrado una entrevista que le hizo Matt Kamen en WIRED.CO.UK el 18 de diciembre del año pasado a raíz de su trabajo en Exodus; Dioses y reyes.
Max que comenzó a trabajar como diseñador de iluminación en el legendario festival de Woodstock y después varios años con Pink Floyd, comenta en la entrevista: «después de eso me di cuenta que tenía que ir a la escuela de arquitectura, pero me había distraído con toda aquella diversión. Así que volví e hice mis estudios de arquitectura en el Reino Unido, pero lo encontré muy aburrido, demasiadas licencias de construcción, demasiados permisos, demasiadas demoras. Yo tenía un montón de amigos que estaban en el cine, vi lo que estaban haciendo y pensé que era interesante. Comencé a ver lo que era la dirección artística y que podía hacerlo, que era como la arquitectura y el diseño teatral». La realidad de la arquitectura y su trabajo burocrático le aburrían, como a muchos arquitectos, mientras que le atraía el aspecto creativo del cine.
Max continúa: «Tuve suerte de conseguir un trabajo como asistente. Tenía tres títulos universitarios y seis años de experiencia, pero estaba haciendo té y dibujando planos para Stuart Craig, que haría el diseño de producción para las películas de Harry Potter. Trabajé para él cuatro años. ¡Era básicamente un joven muy maduro! Pero valió la pena, porque era como una escuela de posgrado para el diseño de películas», ya en aquellos tiempos los títulos académicos valían poco para trabajar. En la entrevista sigue contando que trabajó en Gran Bretaña, pero «entonces llegó Maggie Tatcher y cerró la industria por completo. No había nada que hacer, excepto anuncios o emigrar», parece que aquella "genio" de la política, también hundió la industria cinematográfica por lo que Max se tuvo que ir a Estados Unidos, donde desarrolló su larga carrera.
Casi al finalizar la entrevista le preguntan si tiene deseos de dirigir una película y responde: «No. ¡No! Estoy más interesado en el oficio, el trabajo artesanal y la gente que trabaja en materiales en 3D; pintores y escultores. Me gusta construir cosas. No tengo la paciencia que tiene Ridley [Scott] con los actores. Estoy más interesado en cosas que puedes controlar o arreglar cuando se rompen. Cuando un actor se descarrila o hace una mala interpretación, no hay mucho que puedas hacer», su respuesta vuelve a ir en contra de aquellos que consideran al director como el trabajo más importante y casi el único de los medios audiovisuales, un tópico que siguen repitiendo los que no conocen este fascinante mundo.
Max que comenzó a trabajar como diseñador de iluminación en el legendario festival de Woodstock y después varios años con Pink Floyd, comenta en la entrevista: «después de eso me di cuenta que tenía que ir a la escuela de arquitectura, pero me había distraído con toda aquella diversión. Así que volví e hice mis estudios de arquitectura en el Reino Unido, pero lo encontré muy aburrido, demasiadas licencias de construcción, demasiados permisos, demasiadas demoras. Yo tenía un montón de amigos que estaban en el cine, vi lo que estaban haciendo y pensé que era interesante. Comencé a ver lo que era la dirección artística y que podía hacerlo, que era como la arquitectura y el diseño teatral». La realidad de la arquitectura y su trabajo burocrático le aburrían, como a muchos arquitectos, mientras que le atraía el aspecto creativo del cine.
Max continúa: «Tuve suerte de conseguir un trabajo como asistente. Tenía tres títulos universitarios y seis años de experiencia, pero estaba haciendo té y dibujando planos para Stuart Craig, que haría el diseño de producción para las películas de Harry Potter. Trabajé para él cuatro años. ¡Era básicamente un joven muy maduro! Pero valió la pena, porque era como una escuela de posgrado para el diseño de películas», ya en aquellos tiempos los títulos académicos valían poco para trabajar. En la entrevista sigue contando que trabajó en Gran Bretaña, pero «entonces llegó Maggie Tatcher y cerró la industria por completo. No había nada que hacer, excepto anuncios o emigrar», parece que aquella "genio" de la política, también hundió la industria cinematográfica por lo que Max se tuvo que ir a Estados Unidos, donde desarrolló su larga carrera.
Casi al finalizar la entrevista le preguntan si tiene deseos de dirigir una película y responde: «No. ¡No! Estoy más interesado en el oficio, el trabajo artesanal y la gente que trabaja en materiales en 3D; pintores y escultores. Me gusta construir cosas. No tengo la paciencia que tiene Ridley [Scott] con los actores. Estoy más interesado en cosas que puedes controlar o arreglar cuando se rompen. Cuando un actor se descarrila o hace una mala interpretación, no hay mucho que puedas hacer», su respuesta vuelve a ir en contra de aquellos que consideran al director como el trabajo más importante y casi el único de los medios audiovisuales, un tópico que siguen repitiendo los que no conocen este fascinante mundo.
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