La inquieta editorial Errata Naturae, que ya había publicado el fundamental volumen Mutaciones del cine contemporáneo, recopilado por Jonathan Rosenbaum y Adrian Martin, acaba de editar un libro titulado Nueva York, cuyo autor es Pier Paolo Pasolini. En principio parecería que un texto escrito por un director de cine sobre una metrópoli, sería imprescindible para un blog dedicado a las relaciones entre Arquitectura, Cine y Ciudad, sin embargo, en este libro, se habla más de política que de urbanismo, lo cual no impide que sea completamente fascinante.
El volumen tiene un largo prólogo de Luigi Fontanella, una entrevista de Pasolini con Giuseppe Candillo, en la que el incisivo entrevistador tiene casi más protagonismo que el entrevistado, inédita en castellano, grabada en una casete perdida durante casi cuatro décadas en los sótanos del Instituto Italiano de Cultura de Nueva York, y que ha sido descubierta recientemente, y por último un texto de Pasolini titulado «Nueva York es una guerra» en el que, como se dice en el texto introductorio de la editorial «Pasolini reconstruye, como en una película mental, las secuencias más significativas de su caótica, alegre y densa experiencia neoyorquina: noches febriles en Harlem con jóvenes activistas negros, reuniones en el Village con miembros de la Nueva Izquierda pacifista, encuentros fraternales con poetas como Allen Ginsberg...»
Pasolini viajó dos veces a Nueva York a finales de los años sesenta, cuando regresó definió la ciudad como «arrebatadora, bellísima, una evasión, un compromiso, una guerra. Te gusta como las cosas que gustan a los veinte años».
En la última página del libro, la editorial incluye un texto pequeño sobre el arquitecto William Adams, una borrachera y un friso lleno de tortugas y conejos. Si quieren saber más, cómprenlo, porque siempre vale la pena recordar a Pasolini.
El volumen tiene un largo prólogo de Luigi Fontanella, una entrevista de Pasolini con Giuseppe Candillo, en la que el incisivo entrevistador tiene casi más protagonismo que el entrevistado, inédita en castellano, grabada en una casete perdida durante casi cuatro décadas en los sótanos del Instituto Italiano de Cultura de Nueva York, y que ha sido descubierta recientemente, y por último un texto de Pasolini titulado «Nueva York es una guerra» en el que, como se dice en el texto introductorio de la editorial «Pasolini reconstruye, como en una película mental, las secuencias más significativas de su caótica, alegre y densa experiencia neoyorquina: noches febriles en Harlem con jóvenes activistas negros, reuniones en el Village con miembros de la Nueva Izquierda pacifista, encuentros fraternales con poetas como Allen Ginsberg...»
Pasolini viajó dos veces a Nueva York a finales de los años sesenta, cuando regresó definió la ciudad como «arrebatadora, bellísima, una evasión, un compromiso, una guerra. Te gusta como las cosas que gustan a los veinte años».
En la última página del libro, la editorial incluye un texto pequeño sobre el arquitecto William Adams, una borrachera y un friso lleno de tortugas y conejos. Si quieren saber más, cómprenlo, porque siempre vale la pena recordar a Pasolini.
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